La lucha contra el plomo y la pérdida del hábitat son los desafíos para salvaguardar al buitre negro en Mallorca
La Fundación Vida Silvestre Mediterránea lidera la conservación del 'voltor negre' en Mallorca

La Fundación Vida Silvestre Mediterránea lidera la conservación del 'voltor negre' en Mallorca / Tonina Crespí
Desde su sede en el municipio de Campanet, la Fundación Vida Silvestre Mediterránease alza como un bastión crucial para la conservación del majestuoso buitre negro ( Aegypius monachus ) en Mallorca. Su principal área de actuación se centra en la emblemática Serra de Tramuntana, hogar de la única población insular de esta especie en el mundo. Este imponente Voltor Negre es el ave carroñera más grande de Europa y el más emblemático de la Serra de Tramuntana. La fundación, fundada en 1986 como Fundación Vida Silvestre Mediterránea, mira con optimismo al futuro, anticipando un esperanzador aumento en la población de estas aves para el año 2025, una señal clara del éxito de sus incansables programas de protección.
En estrecha colaboración con los agentes del medio ambiente y los servicios de protección de especies de la conselleria de Medi Natural, la Fundación elabora un censo detallado de la población de buitre negro. Este recuento se realiza a través de las visitas continuas a las zonas de la Serra de Tramuntana donde la especie se reproduce, permitiendo un seguimiento preciso del número de individuos y su evolución.
El origen de la fundación se remonta al drástico declive del buitre negro en la isla, una especie antaño abundante que se vio amenazada por la caza furtiva, el uso de venenos y la escasez de alimento. Hace unos 15 años, la población rondaba los 70 ejemplares, una cifra que contrasta con los aproximadamente 400 voltors que se registran en la actualidad. Conscientes del papel ecológico esencial que desempeñan en el saneamiento de los ecosistemas al consumir carroña, un grupo de apasionados conservacionistas unieron fuerzas para revertir una tendencia que amenazaba con la desaparición de estas imponentes aves. En esta época del año, los voltors negres extienden su rango más allá de la Serra de Tramuntana, desplazándose hacia el Pla de Mallorca en búsqueda de alimento, un comportamiento clave para su supervivencia.

La Fundación Vida Silvestre Mediterránea lidera la conservación del 'voltor negre' en Mallorca / S.T.
Dos gigantes del aire
En Mallorca, conviven dos tipos de buitres: el Voltor Negre y el Voltor Lleonard ( Gyps fulvus ), este último llegó a la isla en octubre de 2008 arrastrado por una fuerte tempestad. Ambas especies se distinguen principalmente por el plumaje en su cuello y cabeza, y también por sus preferencias alimenticias. El Voltor Negre es un especialista en presas de tamaño pequeño y mediano, desde liebres y conejos hasta cabras u ovejas, siempre animales muertos. Con el inicio del calor, los conejos suelen morir por enfermedades como la mixomatosis, lo que atrae a los voltors en búsqueda de estas presas. Por su parte, el Voltor Lleonard prefiere carroña de animales de tamaño mediano a grande, como cabras, ovejas, caballos o "someres" (burras).
Actualmente, los equipos de la fundación se encuentran inmersos en el período reproductor del buitre negro, prestando especial atención a las delicadas crías. Con apenas entre dos y tres semanas de vida, estos pequeños polluelos atraviesan una fase de extrema vulnerabilidad. Es un dato crucial que, hasta que no alcancen el mes y medio de vida, las crías carecen de la capacidad de termorregulación de su propio cuerpo, dependiendo completamente del calor y cuidado de sus padres. Una vez superado este mes y medio, las crías ya desarrollan sus primeras plumas, lo que no solo les permite empezar a controlar su temperatura, sino también a defenderse por sí solas de posibles depredadores en el nido, como cuervos o gabiotas.
La labor de la fundación va mucho más allá de la observación. Constantemente, sus técnicos realizan el monitoreo y seguimiento de los buitres, a menudo utilizando emisores GPS para rastrear sus movimientos, identificar áreas de alimentación y reproducción y detectar posibles amenazas. Esta información es vital para la toma de decisiones. Todos estos detalles, incluyendo la delicada fase de termorregulación de los polluelos y la metodología del censo, los explica Pep Tàpia (Cáceres, 1972), coordinador del proyecto Voltor Negre en la Fundación Vida Silvestre, quien lleva más de 15 años dedicado a esta causa, habiendo comenzado su andadura como voluntario en las vigilancias y recuentos de las zonas de cría. Un componente clave de este monitoreo es la vigilancia de las zonas de cría, llevado a cabo por voluntarios desde el 15 de febrero hasta el 15 de junio. Durante este período, los voluntarios informan a excursionistas y visitantes, recomendándoles no circular por estas áreas sensibles para minimizar cualquier perturbación durante la época de reproducción.

La Fundación Vida Silvestre Mediterránea lidera la conservación del 'voltor negre' en Mallorca / Tonina Crespí
Crecimiento sostenido
Un dato muy positivo es que la población de Voltor Negre se mantiene estable desde el año 2019 . Más aún, el año pasado ya se registró un aumento significativo en el número de parejas reproductoras , alcanzando las 46 parejas que realizaron la puesta de huevos . De estos, finalmente 34 polluelos lograron volar .
A pesar del éxito, la fundación se enfrenta a nuevos desafíos. Las principales preocupaciones actuales para el Voltor Negre son la pérdida de hábitat, específicamente la disminución de la actividad agrícola y ganadera en la Serra de Tramuntana, lo que reduce las fuentes de alimento natural. Otra amenaza crítica es el plomo. La fundación trabaja activamente en un programa para abordar esta cuestión, ya que han descubierto que los voltors, incluso desde jóvenes ya a pesar de su esperanza de vida de hasta 40 años, presentan altas concentraciones de plomo debido a la ingesta de balas presentes en los cadáveres de animales. Esta lucha contra el plomo es un ejemplo de la adaptación de sus estrategias de conservación a los nuevos desafíos.
La fundación trabaja activamente en la restauración de zonas de pastoreo tradicional, la prevención de incendios forestales y la colaboración con propietarios de fincas para fomentar prácticas agrícolas y ganaderas compatibles con la presencia de la especie. En momentos críticos o cuando la disponibilidad de carroña natural es limitada, gestionan puntos de alimentación suplementaria controlados, estratégicamente ubicados en la Serra de Tramuntana, asegurando así la supervivencia de los polluelos y de los individuos más débiles sin crear dependencia.
Un pilar fundamental de su misión es la educación y sensibilización. La fundación tiene un programa de educación ambiental dirigido a escuelas, pero también a adultos, padres y turistas, quienes pueden visitar el centro en Campanet los martes, viernes y un sábado de cada mes. Desde allí, imparten charlas, organizan talleres y visitas guiadas para concienciar a la sociedad mallorquina sobre la importancia de esta ave y la necesidad de su conservación, llegando especialmente a las comunidades cercanas a la Serra de Tramuntana. Su compromiso se extiende a la investigación científica, colaborando con universidades para profundizar en la biología y ecología del buitre negro.
La fundación no solo facilita el seguimiento directo de la población a través de una webcam ubicada en la Serra de Tramuntana, que permite observar en tiempo real el ciclo vital de estas aves. Su continuidad depende también del apoyo económico, siendo las donaciones una vía esencial para financiar sus proyectos.
Gracias a la incansable labor de la Fundación, así como al apoyo de voluntarios, socios y administraciones públicas, la población de buitre negro en Mallorca ha experimentado una notable recuperación en los últimos años. La previsión de un aumento poblacional para este año es un claro indicador del éxito de sus esfuerzos y augura un futuro más seguro para esta especie emblemática. Sin embargo, la fundación es consciente de que los desafíos persisten y su trabajo es crucial para afrontarlos y asegurar la conservación a largo plazo del buitre negro en su valioso hábitat.

La Fundación Vida Silvestre Mediterránea lidera la conservación del 'voltor negre' en Mallorca / Tonina Crespí
Así las cosas, la situación actual contrasta notablemente con la de finales de los años 60, cuando la "Ley de Alimañas" recompensaba económicamente la muerte de estas aves. Hoy, la sociedad y las instituciones trabajan unidas en su recuperación, un cambio de paradigma que subraya la evolución de la conciencia ambiental.
Cabe destacar que esta importante labor de conservación se lleva a cabo en estrecha colaboración con la Fundación Vida Silvestre Mediterránea y la Fundación General de la Universidad de Alcalá . Estos proyectos reciben financiación esencial de la Fundación Biodiversidad, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico , incluyendo fondos procedentes de los Next Generation EU.
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