Crisis en el campo de Mallorca
Hablan los payeses de sa Pobla: "La rotación de cultivos no es viable si antes no nos dejan acabar con la plaga que afecta a la patata"
Las ayudas beneficiarían a agro-empresarios pero no aseguran la viabilidad de los payeses a corto plazo

Un grupo de payeses de sa Pobla / Tonina Crespí
Las medidas que hasta ahora prevé el Govern a raíz de que los payeses de sa Pobla hayan alzado la voz por la plaga que pone en peligro la supervivencia de la patata no son viables a corto plazo para ellos. Los agro-empresarios no han tardado en moverse para beneficiarse de esta situación, pero los payeses siguen sin una solución a corto plazo, que pasa por poder acabar con esta plaga utilizando fitosanitarios que Europa limita, más allá del Vapam que se prevé dejar utilizar después de los estudios que se están realizando en las tierras pobleres. "Esto no bastará para nada", aseguran los payeses que están en el campo día a día. Los números de la plaga son alarmantes. La media de sa Pobla es de una población de 15.000 huevos de nematodos por 100 gramos de tierra. Cabe destacar que cuando la población ya pasa de unos 1.500 huevos se recomienda no sembrar. Incluso hay fincas que superan los 36.000 huevos por 100 gramos de tierra. Su demanda por acabar con esta plaga es real y necesitan que Europa les escuche.
Desde el campo, la voz de los agricultores resuena con impotencia. Desesperados por la falta de soluciones eficaces, lamentan que, si bien el tratamiento que piden podría ser "agresivo", es la única opción si "no hay otra tan eficaz a corto plazo". En relación a las declaraciones hechas por el Govern dicen que: "la quimioterapia es agresiva pero se utiliza para curar, si hubiera algo menos agresivo y mejor lo usarían. Necesitamos acabar con los nematodos de cara a poder sembrar para la próxima campaña. Sino no nos quedará otra que abandonar el campo", afirman. Las medidas de rotación de cultivos o ayudas no son prácticas a corto plazo para ellos. De cara al año que viene podrían ya no sembrar y la patata habría llegado a su fin. Tiempo al tiempo.
Crisis
La crisis de la patata poblera se ha desencadenado por la plaga de nematodos y la rigidez normativa europea sobre fitosanitarios y los payeses vuelven a alzar la voz tras la defensa del Govern de su gestión, la propuesta de la rotación de parcelas y una previsión de ayudas, que según ellos beneficiarán a agro-empresarios. Más agricultores han querido dar la cara y han respondido con contundencia: "La rotación no es una solución a corto plazo porqué se necesitaría mucha extensión. Las fincas deberán estar preparadas, con riego por aspersión y todo a punto. Esto supone una inversión importante. Además las tierras para otros cultivos no son rentables". Según los agricultores esta es "otra vía directa a la ruina". Los payeses además tendrían que seguir sembrando otros cultivos en las tierras de rotación muy poco rentables o al menos cuidar esas tierras, "y eso también supone un gasto", explican.
Un informe presuntamente oculto en Europa en 2023 ya preveía el declive de la agricultura. La indignación en el campo de sa Pobla es máxima. No es la primera vez que los payeses claman por el uso excepcional de productos como el dicloropropeno o el metam sodio, herramientas eficaces que la UE ha ido restringiendo. Su realidad hoy, en 2025, confirma las advertencias que, al parecer, se plasmaban en el informe del JRC, supuestamente silenciado por la Comisión Europea, que vaticinaba la pérdida de competitividad y el abandono de explotaciones en Europa.

Un agricultor muestra algunas patatas afectadas por la plaga, más pequeñas de lo normal. Tonina Crespí / Tonina Crespí
La Rotación: Un lujo inasumible
Así las cosas, la propuesta de la rotación de parcelas es recibida con desesperación. "Nos dicen que roten, pero no nos explican de qué vamos a vivir mientras tanto", claman. La rotación es un lujo inasumible, para muchos. Las inversiones son ya una carga insostenible para una producción mínima.
Además, los payeses desconfían profundamente de las posibles ayudas. "Las ayudas siempre llegan a los mismos, a los grandes", denuncian. Ademas afirman, que "los pequeños, los que vivimos de esto, no nos iremos a otros pueblos a sembrar. La rotación supone que las fincas tienen que estar en condiciones de explotarse: acceso, agua, todo listo. Y eso conlleva un gasto inicial que no podemos asumir". Lamentan que, mientras las tierras se abandonan, las soluciones propuestas no atienden la realidad del pequeño productor.
El sentimiento de abandono es palpable. "Las decisiones se toman en los despachos, sin hablar con nosotros, que somos quienes pisamos la tierra día a día", aseguran. La falta de comunicación y la desconexión entre la administración y el campo es un reproche constante. Los agricultores sienten que el Govern, que debería defenderlos, se alinea con unas políticas europeas que ven como una "sentencia". "¡Queremos reunirnos nosotros, que nos escuchen de primera mano!", enfatizan, rechazando la idea de que otros hablen en su nombre. "¿Alguien se imagina que saliera un director general o un conseller de Turismo diciendo que también haya rotación en el sector turístico?", cuestionan, con un dardo envenenado. "¿Que una tercera parte de los hoteles solo funcionara porque cada vez hay menos agua en la isla?". Esta mordaz analogía subraya la percepción de un doble rasero y una falta de comprensión total hacia la especificidad y las necesidades vitales del sector agrario. La ineficacia de los productos autorizados, más caros, y la incertidumbre sobre el precio de venta de las patatas hasta meses después de la entrega, sumen a los payeses en una situación límite.
Gusano de Alambre
"Esto es sólo el principio" afirman los payeses. Refiriéndose a que aunque hagan rotaciones de cultivos otra plaga ya está amenazando las tierras pobleres. El gusano de alambre, conocido como 'cuc de rossinyol ', ya empieza a dar señales. Piden que se revise la legislación europea sobre el uso fitosanitarios y que se entienda que cada zona es distinta dentro del marco europeo. Insisten, también, que sino "quieren que sembremos, que nos den ayudas como cuidadores del paisaje". Se encuentran en una situación vulnerable. El agro-empresario no corre tantos riesgos pero ellos lo ponen todo en medio y se la juegan cada vez, sin garantías. Al finalizar la campaña de exportación la situación se verá con mayor claridad. Otro problema que tienen los payeses es la competencia desleal de producción que lleva de países fuera de la Unión Europea, que no pasan por los filtros sanitarios tan estrictos por los que pasan ellos. En definitiva, el panorama de los payeses de sa Pobla, dentro del marco europeo, subraya la fragilidad de un sector que se siente fiscalizado en vez de apoyado.
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