Política municipal

Dimite como edil de Bunyola el número uno de SomAVI-El Pi, Miquel Ballester, meses después de la ruptura con el PP

El ya exedil ha solicitado reincorporarse a su plaza de funcionario, según fuentes municipales

Miquel Ballester

Miquel Ballester / El Pi

Iñaki Moure

Iñaki Moure

El que fue teniente de alcalde esta legislatura en Bunyola como cabeza de lista de la coalición SomAVI-El Pi, Miquel Ballester, ha presentado su renuncia al acta de concejal y ha solicitado reincorporarse a su plazo de funcionario en el Ayuntamiento, según han confirmado a este diario fuentes municipales.

Ballester, que fue candidato a alcalde en las últimas elecciones como parte de la cuota de El Pi, dejó de formar parte del gobierno municipal el pasado febrero, junto con los otros dos miembros de su grupo municipal, pertenecientes a SomAVI -con quien los regionalistas se había presentado en coalición- después de meses de desencuentros políticos con sus socios de gobierno, del Partido Popular. Unos desencuentros que se produjeron durante la primera etapa de la legislatura, con el alcalde Juan Antonio Riera, y después con su sustituta, Marian Serralta, también del PP.

«Los plenos se han convertido en un auténtico despropósito. El alcalde pisotea continuamente nuestras áreas», llegaron a afirmar desde la coalición, en alusión a la gestión de Riera.

La gestión de Ballester al frente del departamento de Personal del Consistorio estuvo en la diana política y se enfrentó a polémicas como la 'fuga' de agentes de la Policía Local de Bunyola, que dejó prácticamente en cuadro la plantilla de agentes, lo que se tradujo en problemas para garantiar un servicio de seguridad en condiciones.

Choque con Serralta

La propia alcaldesa reconoció en ese momento a este diario que en ese departamento había un problema, después de que en los últimos meses varios trabajadores municipales se hubiesen ido del Ayuntamiento. Desde SomAVI-El Pi, contraatacaron enfatizando la gestión de Ballester y advirtiendo de importantes desviaciones presupuestarias del PP, sobre todo en el área de Fiestas.

El pacto, finalmente, tras casi toda una legislatura de progresivo distanciamiento, se rompió el pasado mes de febrero y el Partido Popular de Serralta pasó a gobernar en solitario con sus cuatro concejales.

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