Crisis habitacional en Mallorca

Una inmobiliaria de Mallorca: "Los mallorquines se quejan, pero son ellos quienes venden sus propiedades a los extranjeros para ganar más dinero"

Una agente inmobiliaria de Mallorca habla de los "precios desorbitados" que piden algunos propietarios y cómo de "especulan" con sus inmuebles

Perfil del demandante: «La mayoría son parejas de entre 25 y 35 años que buscan una primera casa»

La oferta de viviendas es actualmente escasa en Portocolom.

La oferta de viviendas es actualmente escasa en Portocolom. / CAIB

Anabel Ruiz

Anabel Ruiz

Portocolom

Parejas de jóvenes felanitxers de entre 25 y 35 años, con un primer hijo o sin él, que buscan adquirir su primera vivienda. Así es el perfil demandante mayoritario de una propiedad en Portocolom. Lo constata Maria Antònia Bermejo, agente inmobiliaria de la compañía Gestpropiedad. «Son mallorquines que, viendo que el precio del alquiler se ha disparado, optan por comprar ya que la hipoteca les saldrá igual e incluso más económica», detalla.

Así, esta agente inmobiliaria está a la caza de viviendas «normales» para clientes «de clase media trabajadora». Y se explica: casas o pisos de dos o tres habitaciones, con balcón o terraza, uno o dos baños, además del salón comedor y la cocina. Una tarea ardua que se complica a medida que avanza en su búsqueda, sobre todo estos dos últimos años. No solo porque las propiedades son escasas, si no que las existentes requieren de una importante reforma, por lo que el coste se dispara, alejándose de los bolsillos de la mayoría de estos clientes. «Si ya tienen unos presupuestos muy ajustados, añadir una reforma es casi imposible», subraya. Y es que en palabras de Bermejo, la mayoría de estas parejas cuentan con la ayuda familiar o de una herencia para hacer frente a los gastos que suponen la compra de una vivienda (como el 20% de entrada, la notaría, el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, entre otros). 

«Los mallorquines se quejan pero son ellos quienes venden sus propiedades a los extranjeros para ganar más dinero»

Y apunta otro elemento como causa de la escasa oferta: los precios desorbitados que piden algunos propietarios («la mayoría mallorquines»- especifica-). «Estamos hablando de 300.000 o 400.000 euros por un piso de apenas 80m². ¡Es una barbaridad! Especulan demasiado con los precios y están a la espera de que algún extranjero se lo pague», señala Bermejo, quien sostiene que «los mallorquines se quejan pero son ellos quienes les venden sus propiedades a los extranjeros para ganar más dinero».

Esta agente inmobiliaria hace hincapié en que sus clientes, tanto ofertantes como demandantes, son mallorquines: «Siempre le damos prioridad a los de aquí y son los que copan nuestra cartera». En cuanto al perfil del ofertante, Bermejo asevera que la mayoría son mallorquines que viven en foravila y para deshacerse de responsabilidades y gastos venden el resto de sus propiedades. Aunque existe otro perfil: el de propietarios que venden sus viviendas y se van a residir a la península debido al elevado coste del nivel de vida en la isla. 

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