El efecto placebo de una demolición

Todavía se narran como acontecimiento excepcional, igual que aquellas historietas contadas por los abuelos a los niños y que, un tanto diluidas por el paso del tiempo, se prestan a la recreación descriptiva con licencias de fantasía. Transcurridas tres décadas, las demoliciones del hotel Playa de Palmanova y el Atlantic de Magaluf tienen consolidado su recuerdo de figa que no fa estiu. Su borrado de la silueta costera de Calvià alivió en su día dos enclaves muy concretos, pero en modo alguno sirvió de espoleta continuista para corregir la anarquía hotelera de los inicios del boom turístico. La prueba está en que han hecho falta 30 años de por medio para que el Ayuntamiento vuelva a afrontar el derrumbe, todavía abstracto, de un hotel obsoleto, ya fuera de uso. De haber seguido usando la piqueta correctora, los términos saturación y decrecimiento tendrían hoy un toque más amable y ordenado, por lo menos en Calvià.

El antiguo hotel Teix es el nuevo candidato a ser borrado del mapa. Está en el corredor de la demolición, pero todavía no se sabe cómo ni cuando. Si se consuma volverá a ser un espectáculo, un polo de atracción de la curiosidad estimulada por un acontecimiento infrecuente. En estas condiciones, hoy en Mallorca, la demolición puntual de un hotel tiene algo así como un efecto placebo. Es un entretenimiento. Carece de acción terapéutica sobre la vasta problemática turística, pero sin embargo produce una sensación favorable. La aniquilación del Atlantic posibilitó ganar una plaza y un bar restaurante que tampoco era imprescindible vista la abundancia de establecimientos semejantes en la zona.

El día que voló por los aires el hotel más antiguo de Magaluf: 60 kilos de goma-dos y 500 detonadores

La demolición puntual de un hotel es también una expresión, un simbolismo, del modo en que se gestiona el turismo en Mallorca. Acciones localizadas y aislada, retirada de estorbos si hace falta y mensajes de mera imagen ocasional. Son acciones de superficie que no implican la necesidad de llegar a la raíz y encarar, de verdad, las cuestiones de fondo. Así van pasando los días.

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