Entrevista
Justí Soriano, de la asociación LGTBIQ+ 'Orgull de Poble': «Si me beso con otro chico, aún recibo miradas extrañas»
El vicepresidente de la asociación explica que la falta de aceptación familiar sigue siendo un factor determinante en muchos jóvenes

Justí Soriano Caldentey (Manacor, 1993). / Sebastià Sansó

Justí Soriano Caldentey (Manacor, 1993) es vicepresidente de la nueva asociación rural LGTBIQ+ 'Orgull de Poble'. Es graduado en Relaciones Internacionales por la UOC y actualmente está finalizando el grado de Humanidades en la misma universidad. Además, ha cursado un posgrado en Neurocomunicación y Oratoria en la Universidad de Manresa. También es estudiante de mediación y cuenta con un máster en Filosofías del Cuidado (UAB) y otro en Filosofías para los Retos Contemporáneos (UOC).
Hablamos con él sobre el nuevo canal de WhatsApp creado para conectar a la comunidad rural y atender sus necesidades específicas.
Para empezar, ¿qué es Orgull de Poble?
Somos una asociación rural LGTBIQ+ crítica y reflexiva.
¿Y qué significa eso?
Nos referimos a recuperar un enfoque reivindicativo. En los últimos años, se ha perdido la crítica en favor de una tendencia más festiva y estética, sin cuestionarse de dónde viene esa celebración, que en realidad es el resultado de haber conquistado derechos. Creo que es importante volver a centrarnos en lo esencial.
¿La nueva ola de extrema derecha ha reavivado ese espíritu reivindicativo?
Es lo que decimos. Desde 2015, los cambios políticos han dado alas a los discursos de la extrema derecha, que cuestionan más que nunca los derechos de las minorías y los derechos humanos en general. Recientemente, Milei calificó a los homosexuales de enfermos y atacó a las personas trans. En Estados Unidos y en algunos países europeos también hay un resurgimiento reaccionario preocupante. La extrema derecha tiende a monstruizar a los colectivos minoritarios, repitiendo discursos que ya hemos visto en la historia.
¿Tener poder económico ha relegado la lucha y la reivindicación a un segundo plano?
Puede haber personas dentro del colectivo que prioricen sus intereses económicos y piensen que la batalla por los derechos ya está ganada. Pero, si Vox gobernara en España, ¿realmente podrían darse un beso en público sin recibir críticas? Existe una aparente aceptación general, pero es superficial. La extrema derecha maneja un doble discurso.
¿No habíamos superado ya esta situación?
No podemos permitirnos dar por sentados los avances en derechos. No creo que lo hayamos superado del todo. Si ahora voy a s’Agrícola y me doy un beso con otro chico mientras como un pa amb oli, seguiré recibiendo miradas extrañas.
¿Vivir en la Mallorca rural agrava los problemas sociales?
Detectamos que había un vacío en el ámbito rural, y de ahí nació Orgull de Poble. En Mallorca ya existen dos asociaciones con un enfoque más urbano, como L’Únic en Inca y Ben Amics en Palma. Queremos organizar actividades, talleres de lectura y encuentros temáticos. Es importante que sean actividades inclusivas con el conjunto de la sociedad. Parece que siempre organizamos cosas solo para nosotros, y creo que debemos abrirnos más a la comunidad en general.
Recientemente, han creado un canal de WhatsApp para conectar a personas LGTBIQ+ en zonas rurales.
Sí, lo abrimos hace unos días y es de acceso totalmente libre. Es un primer paso para poner en contacto a la gente del colectivo, no solo para organizar actividades, sino también para establecer lazos con organizaciones catalanas con más experiencia.
¿Cuál es el principal problema en este sentido?
Especialmente en el caso de personas mayores o viudas, es fundamental contar con voluntarios que comprendan su realidad y los acompañen. No es necesario que sean parte de la comunidad LGTBIQ+, pero sí que tengan sensibilidad hacia su situación.
¿Han aumentado las agresiones contra el colectivo en los últimos años?
Sí, han aumentado, aunque hay dos factores clave: por un lado, las nuevas leyes han facilitado que la gente denuncie más; por otro, los discursos de odio han crecido, especialmente contra las personas trans. Lo que está claro es que las personas LGTBIQ+ siguen enfrentando mayores problemas de salud mental y tienen tasas de suicidio más altas. La adolescencia sigue siendo un periodo marcado por el bullying y el acoso escolar, y la falta de aceptación familiar sigue siendo un factor determinante.
En Manacor, donde la comunidad árabe es numerosa, ¿han recibido solicitudes de ayuda o asesoramiento?
Es un tema complicado. La homosexualidad dentro de la comunidad árabe parece inexistente. Me gustaría hacer una reflexión, especialmente dirigida a los partidos de izquierda. Las personas magrebíes tienen muchas dificultades de integración cuando llegan a Europa, y la sociedad mallorquina también es cerrada por naturaleza. No digo que seamos racistas o xenófobos, pero tanto España como Francia han fallado en sus políticas migratorias. Y esto también afecta a que las personas LGTBIQ+ de esa comunidad puedan salir del armario, ya que se enfrentan a una doble barrera: la dificultad de integración en la sociedad mallorquina y la falta de aceptación dentro de su propia comunidad.
¿Cómo puede alguien hacerse socio de la asociación?
Pronto dispondremos de un formulario para inscribirse como socio. También servirá para conocer el grado de implicación que cada persona quiere tener en la parte activa de la asociación.
¿En qué actividades están trabajando actualmente?
Estamos preparando una formación de dos meses sobre salud mental y sexual, que incluirá un taller de lectura. Se trata de un seminario de precio simbólico, dirigido a entre 20 y 30 personas y en formato online
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