Lletra menuda
Las expectativas del bulevar a plazos

Bulevar de Peguera
Europa concede fondos para la remodelación de vías públicas y prácticamente todos los municipios de Mallorca están con la piqueta y la excavadora en marcha. La acumulación de proyectos llega a niveles de dejar desiertas bastantes convocatorias de obra pública. En este ámbito también falta mano de obra y maquinaria. Ahora las cosas van así, manda la subvención genérica antes que la necesidad real y la prioridad de cada lugar.
Por supuesto, el litoral, cuanto más turístico mejor, es el mostrador insignia de esta embellecimiento y acomodo urbano. En Calvià existe una apuesta preferente por el bulevar de Peguera, designado para ponerse a la última moda de la «amabilidad» y el acomodo urbano. Le costará. Serán cuatro años en plazos de siete meses revestidos de las consiguientes molestias y malestar contenido, al menos por el momento, entre hoteleros, comerciantes y residentes. Toda obra, por necesaria que sea, resulta un incordio, pero si se dilata en el tiempo puede transformarse en insoportable. La afinidad política entre colectivos afectados y gestores municipales hace que la queja sea contenida y de guante blanco, pero si hay un cambio de signo en la casa consistorial, estallará.
El bulevar de última generación de Peguera, que ya se promociona en vídeo, está todavía en fase de redacción. Es decir, que ya lo tenemos idealizado pero todavía lejos de ser pisado y disfrutado como el «oasis» prometido. Son esas cosas del diseño virtual que resalta encantos y no contempla inconvenientes. En el mejor supuesto, habrá que esperar al verano de 2029 para contrastar la promoción y el deseo con la realidad.
La intención es iniciar el movimiento en noviembre próximo, con una primera fase entre el cruce del Hotel Bahía y La Hacienda hasta las calles Playas y Gaviotas. El nivel se pone alto: pavimento moderno, jardines con agua regenerada, iluminación LED, tótems publicitarios, control de aforos, peatonalización intermitente, aceras seguras y mobiliario cómodo. Queda mucho polvo por delante, tiempo, molestias sin fin y paciencia crónica antes de comprobar si las expectativas creadas se cumplen.
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