Así ha sido el desalojo de los 'okupas' del hotel Bellevue del Puerto de Alcúdia
Algunos ya han firmado la declaración unilateral de salida voluntaria de propiedad privada mientras que los más vulnerables consiguen unos días más de margen para abandonar el edificio

FOTOS | El desalojode 'okupas' en el hotel Bellveue del Puerto de Alcúdia, en imágenes / Tonina Crespí
Este lunes empezó el desalojo de los okupas en el complejo turístico Bellevue del Puerto de Alcúdia. A primera hora de la mañana se personó una empresa de desocupación con sus abogados y unos 50 empleados de la empresa de seguridad para intentar llegar a un acuerdo con los okupas. Tomeu Carbonell, jefe de seguridad de la empresa Guardia'ns Control, acompañado con su abogado Lázaro Lucio, intentaron mediar un acuerdo, en el que se ofrecía desalojar el edificio a cambio de que no se interpusiera ninguna denuncia.
Marta, que ayer por la mañana tenía dos hijos en el colegio mientras que el mayor, de 16 años, estaba en los jardines del Neptuno II con ella. Esta afectada confesó que estaba "preocupada” porqué no pudieron entrar al edificio después de acompañar a sus dos hijos a la escuela. "No me dejan entrar si no firmo el papel. Lo tengo todo dentro". En otro apartamento, se encontraba una pareja de 21 y 27 años. Explicaron que tienen una niña de 3 años. "Hemos tenido que llamar a una familiar para que la recoja. Si salimos y no firmamos el papel no podemos volver a entrar. No tenemos donde ir". Ella se llama Rocío y vive junto a su pareja y su hija en un apartamento con su tío A.G.L. de 45 años. "Estamos aquí por necesidad. La empresa de seguridad informa que está haciendo un control de acceso, como si fuera una recepción, como si el hotel estuviera abierto”.
El jefe de seguridad de la empresa Guardia'ns Control relató que llevaban tres meses intentando hablar con Servicios Sociales. También especificó que no se dejó entrar a los okupas al edificio porque “es un hotel y en base a la regulación actual que hay y como no se abonan unos servicios, no se puede acceder al edificio".
Así, algunos de los okupas firmaron la Declaración Unilateral de Salida Voluntaria de Propiedad Privada este mismo lunes. En este documento se firmaba que se renunciaba a cualquier acción civil o penal por ambas partes. Así, salían con su ropa y hasta con su pequeña nevera. Otros, que sólo hacía unos días que estaban por allí, se fueron enseguida. “Hace poco vine a Mallorca y entré aquí porqué me dijeron que se podía estar por 150 euros. Mi piso me lo dan a principios de marzo, que es cuando empiezo a trabajar. Esto no va conmigo. Me voy”, explicaba una persona argentina que prefirió mantener el anonimato. Otros tendrán unos días más, hasta una semana, para irse, que "por temas familiares médicos se ha dado ese plazo", concretó el abogado Lázaro. "A las personas más vulnerables se les ha dado un plazo, pero a quienes salen en coches de alta gama no se les considera personas en situación de vulnerabilidad", concretó el experto.
Modus operandi
Ningún okupa ha informado con precisión a quién pagaron. El modus operandi de las okupaciones consistía, según detallaron los propios afectados, en que una persona ofrecía los apartamentos. Algunos pagaban lo que ellos llamaban “la entrada”. Se trataba de un pago que oscilaba entre los 800 euros o los 1.500 euros “y ya”. En otros casos, el pago era de unos 300 euros, que se iban cobrando mensualmente. Al parecer cuando estalló el caso en la prensa, la persona, que también vivía en el complejo, abandonó el lugar. Así las cosas, los okupas no dudaron en manifestar que se sienten estafados.
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