El empresario Gaspar Forteza ‘Parín’: «Muy pronto los turistas preferirán pasar los veranos fuera de Mallorca»
El empresario Gaspar Forteza ‘Parín’ (Manacor, 1967) acaba de comprar tres hoteles en el norte de España mientras firma la gestión de un agroturismo de lujo en Girona, convencido de que el futuro de la restauración está en las temperaturas primaverales

El empresario Gaspar Forteza frente al hotel de Can Guixa de Manacor que acaba de adquirir por completo. / S. Sansó

«Puede que no sea de manera inmediata, pero en a medio plazo, en unos diez años la llegada de turistas a Balears se va a espaciar hasta convertir los meses de abril, mayo u octubre en los de más incremento de ocupación, mientras que julio o agosto bajarán por las elevadas temperaturas que provocan, ya en estos momentos, que cada vez más turistas prefieran otras zonas de tiempo más suave a tener que achicharrarse de calor aquí… es un cambio climático progresivo», explica convencido Gaspar Forteza ‘Parín’ (Manacor, 1967), quien en solo cuestión de meses ha puesto los cimientos para adquirir o gestionar hasta cuatro nuevos establecimientos hoteleros en el norte y noreste de la península, donde el termómetro da una tregua cuando llega el estío.
La historia de este piloto de aviones, ligado recurrentemente al mundo de la hostelería, es la de un empresario gradual que comenzó su andadura como director en grandes hoteles de Brasil o Cuba, continuó en Menorca, donde aún conserva varios establecimientos, y que poco a poco se ha ido extendiendo a distintos pueblos mallorquines bajo la marca de My Rooms Hotels: «No me interesan los hoteles de mil plazas, no es un modelo que me parezca coherente», dice mientras estudia cómo definir su filosofía: «Lo que queremos es encontrar y comprar casas antiguas y señoriales en desuso y darles una segunda vida como establecimientos hoteleros, reformándolas sin que pierdan ese encanto que las hace singulares».

Obras de reforma en el futuro hotel urbano de la calle Francesc Gomila de Manacor. / My Rooms
En Mallorca Forteza es dueño ya de un hotel en Artà, otro en Petra (donde tiene en cartera la apertura de dos colivings) mientras inició hace unos meses la rehabilitación de su segundo hotel urbano en Manacor (Can Guixa, el único que había hasta el momento también ha pasado a ser gestionado completamente por My Rooms) donde hasta entrada la segunda mitad del siglo XX había una quesería, en la calle Francesc Gomila, en la capital del Llevant.
‘Parín’ y sus socios acaban de comprar todo un edificio abandonado en Las Salas (en la provincia de León) en pleno Camino de Santiago, con el fin de transformarlo en dos establecimientos distintos: «Por una parte un hostel para mochileros que tendrá hasta 16 camas masculinas y 18 femeninas, y un hotel anexo de 14 habitaciones»; todo ello por un total de 140.000 euros, a los que habrá que añadir medio millón más en obras de adecuación.

Sala de un hotel de Burgos adquirido por la compañía del empresario ‘manacorí’. / S. Sansó
Al de León le han acompañado este mes dos hoteles más, uno en la ciudad de Burgos, de 56 habitaciones, con restaurante, bar y discoteca y que ha adquirido por algo más de 1,8 millones de euros. Y un hotel-boutique en Val de San Vicente (Cantabria), de 15 habitaciones y 950.000 euros. Además de la explotación por diez años de un agroturismo en Girona.
Dificultades administrativas
Forteza admite que también ‘se marcha’ fuera de Mallorca por motivos de lentitud administrativa: «Los plazos de los departamentos de urbanismo de muchos municipios de la isla son exasperantes. Hasta que eso mejore es muy complicado que sigamos invirtiendo en Mallorca como hasta ahora», y recuerda que el hotel que ahora My Rooms tiene en construcción en Manacor «debía costar con la reforma 2,5 millones de euros; pero hemos tenido que esperar más de dos años y aún así hemos tenido que empezar por silencio administrativo, con lo cual ahora van a ser 3».

Recreación de una de las futuras habitaciones del hotel de la calle Francesc Gomila. / My Rooms
El Casal de Manacor será el primer hotel que tenga la ciudad, porque aunque el mítico Can Guixa esté grafiado como tal es una casa de huéspedes de 31 plazas. «Estamos cambiando más de 300 vigas entre la primera y la segunda planta, transformando espacios pero no cambiándolos en su estructura básica, ya que queremos mantener el señorío que tenía tanto la casa como la fábrica». Está previsto que el hotel de la calle Francesc Gomila pueda abrir sus puertas antes de verano de 2026.
‘Coliving’
Forteza recuerda también que están a punto de cerrar otra casa mallorquina en Manacor para convertirla en un ‘coliving’, es decir, una vivienda unifamiliar entre medianeras con alquiler de habitaciones. «Usted alquila una habitación como si fuera su casa, completada con zonas comunes como piscina, comedor, una sala de estar o cocina, que comparte con otras personas que también tienen habitaciones alquiladas». Un concepto que ya aplica actualmente tanto en Artà como en Petra.
«Un ‘coliving’ no es un hotel. Nos adaptamos a la ley para no tener problemas. En el caso de Manacor es verdad que el alquiler será un poco más alto que uno normal, pero aquí se incluye wifi, piscina, gimnasio, máquinas para poder entrenar o una buena cocina. No será elitista, sino para gente normal... pero tampoco renunciamos a que esté muy bien, en una casa elegante, bonita y totalmente reformada».
«Intento explicar que generalmente los inquilinos son personas que cubren puestos de trabajo: profesores, funcionarios de los juzgados, enfermeras, una ingeniera o un maestro de escuela que no tienen dónde ir durante el curso o la temporada que deban residir en un lugar. En Ibiza, por ejemplo, no encuentran casa. Creo que las administraciones no deben verlo como algo perjudicial sino lo contrario».
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