Medio ambiente
Veinte años de recogida selectiva en Binissalem: un camino largo y difícil, pero fructífero
En 2005 cada recogida de basura suponía 20 toneladas de residuos, que se incineraban al precio de 120 euros la tonelada; unos datos muy negativos que provocaron la necesidad de emprender la recogida selectiva

Operarios recogiendo papel y cartón / Jaume Canut
Aunque el sistema de recogida selectiva puerta a puerta se implementó en Binissalem en enero de 2005, lo cierto es que el tratamiento de residuos y su correspondiente separación comenzaron unos años antes con la apertura del Punto Verde. El 10 de noviembre de 1994 se inauguró este nuevo espacio, ubicado desde siempre en un antiguo solar en el camí de s'Aigua. En esa primera etapa ya se instalaron dos contenedores para papel y cartón, uno para vidrio, uno para ropa, dos contenedores para pilas, un contenedor de grandes dimensiones para material de hierro y muebles, y unos depósitos para aceites diversos.
Casi dos años después, y debido a las quejas y al mal uso que algunos usuarios hacían de esas instalaciones, el Ayuntamiento decidió contratar un vigilante. El operario comenzó a trabajar el 10 de octubre de 1996, con un horario de 16 a 19 horas los días laborables y de 9 a 14 horas los sábados.
A nivel particular, los residuos que cada hogar generaba se sacaban a la calle como se había hecho toda la vida, es decir, en bolsas o cubos y todo mezclado, para su posterior incineración. Según detalla la concejala de Medio Ambiente en aquellos años, Maria Ferrer, “en 2005 cada recogida de basura suponía 20 toneladas de residuos, que se incineraban al precio de 120 euros la tonelada. Unos datos muy negativos que provocaron la necesidad de emprender la recogida selectiva, con la certeza de que tendríamos muchas dificultades, como más viajes a Son Reus, más vehículos, organización y personal”.
Así pues, el Ayuntamiento, con el apoyo de la Mancomunitat del Raiguer, apostó claramente por mejorar el reciclaje, y el 24 de enero de 2005 se puso en marcha la recogida selectiva de envases, vidrio, papel y cartón, y orgánica. Estos residuos se recogerían entre las 8 y las 20 horas. El primer calendario de recogida selectiva establecía que los envases se recogerían los martes y jueves, el vidrio los martes, el papel y cartón los jueves y la materia orgánica los lunes, miércoles y viernes. Para esta fracción, el Ayuntamiento facilitó a todas las casas y comercios un pequeño cubo.
Finalmente, a partir de las 20 horas, los martes, jueves y domingos se recogían los residuos no reciclables. Cabe decir que, además del elevado consumismo y su consecuente producción excesiva de residuos, la implementación del nuevo sistema de recogida también estuvo motivada por la entrada en vigor de diversas leyes y planes directores de residuos, cuyo objetivo era precisamente mejorar la gestión ambiental.
Dificultades en los primeros meses
Como es evidente, la introducción de una iniciativa de tal envergadura no fue fácil en los primeros meses. Tal y como explica la concejala Maria Ferrer, “algunos vecinos rechazaban el nuevo sistema, otros no lo entendían; todo ello provocó montañas de bolsas junto a los contenedores del casco urbano, que tuvieron que ser retirados, así como grandes cantidades de bolsas con residuos mezclados de manera irregular, que debían ser incineradas. Todo ello nos llevó a realizar una campaña informativa casa por casa para conseguir una mayor implicación vecinal”.

Punto Verde Binissalem / Jaume Canut
Con el tiempo se fueron aplicando cambios para mejorar el nuevo sistema y se establecieron nuevos calendarios de recogida. A la larga, la iniciativa fue calando y siendo aceptada por la ciudadanía, pese al crecimiento poblacional que experimentó Binissalem en la primera década de los años dos mil, un factor añadido que complicó aún más el proceso. El nuevo sistema también influyó en otros municipios, que poco a poco se sumaron a la iniciativa. De hecho, Binissalem fue pionero en aplicarlo en todas las fracciones, y solamente Puigpunyent lo implantó antes, aunque no en todas.
Cambios en el gobierno
En 2007, tras veinte años de alcaldía socialista, se produjo un cambio de color político en el gobierno municipal. El PP accedió al poder, lo que implicó modificaciones en el sistema de recogida selectiva, sobre todo para evitar la acumulación de residuos en los contenedores que todavía quedaban en las afueras del pueblo. De hecho, el nuevo equipo de gobierno decidió retirar los que estaban instalados en determinados caminos y trasladarlos a otros puntos.
Otro de los cambios introducidos fue que la recogida del vidrio y del papel y cartón pasó a realizarse los jueves por la mañana. El Punto Verde también adoptó nuevos horarios, así como mejoras y ampliaciones en sus instalaciones. Por otra parte, en noviembre de 2007, un grupo de voluntarios de la asociación ecologista GADMA llevó a cabo una nueva campaña informativa casa por casa para seguir concienciando a la población y fomentar la colaboración con el nuevo sistema de recogida selectiva.

Bolsa roja para el rechazo / Jaume Canut
Con el paso de los años, los porcentajes de residuos reciclados, como vidrio, papel, envases y materia orgánica, fueron aumentando. La ciudadanía se fue sumando al cambio, influida también por la creciente difusión en los medios de comunicación sobre el cambio climático y la necesidad de reducir la generación e incineración de residuos. Sin embargo, convencer a toda una población no siempre es tarea fácil.
La bolsa roja
En 2012 llegó uno de los cambios que generaron más debate y polémica: el 2 de febrero de ese año entró en vigor la nueva ordenanza municipal que obligaba a utilizar la llamada “bolsa roja” para los residuos no reciclables. Esta bolsa costaba 1 euro y generó un gran rechazo entre muchos vecinos, que no estaban dispuestos a pagar por ella. La medida tenía como objetivo fomentar el reciclaje y reducir al máximo la fracción de rechazo, destinada a la incineración.
Como consecuencia, muchos ciudadanos optaron por depositar sus residuos no reciclables en otros municipios donde aún existían los típicos contenedores verdes. Sin embargo, con el paso del tiempo, el pago por estas bolsas fue suprimido y actualmente se pueden recoger gratuitamente en el Ayuntamiento. Aun así, y pese a todas las facilidades, en el municipio siguen detectándose casos de vecinos que no depositan correctamente los residuos, especialmente en lo que respecta a los días asignados para cada fracción.
Más conflictos
En mayo y junio de 2022, el sistema de recogida selectiva se enfrentó a otro problema: la amenaza de huelga por parte de la empresa encargada de la recogida, debido a las malas condiciones laborales denunciadas por los trabajadores. Finalmente, el conflicto se resolvió, pero durante varias semanas Binissalem sufrió las consecuencias, ya que, como medida de protesta, los operarios dejaron de recoger los residuos en algunas calles, lo que provocó una acumulación de basura en la vía pública.
Basura en las afueras
Después de veinte años de recogida selectiva, una de las principales problemáticas que aún afectan al municipio es la proliferación de vertidos incontrolados en las afueras. A pesar de las facilidades existentes para depositar los residuos correctamente, todavía hay personas que optan por abandonar la basura en caminos y terrenos, ensuciando el entorno.
En definitiva, reutilizar y reciclar todo lo posible es el camino a seguir, no solo para evitar subidas en la tasa de residuos, sino porque es una necesidad imperante para la sociedad y para las nuevas generaciones.
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