Lletra menuda

Vencer al pasajero por agotamiento

Pasajeros

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Llorenç Riera

Llorenç Riera

La teoría es clara. El tren es gratuito porque así se facilita su uso y se atrae a un mayor número de pasajeros. Iniciativa digna de elogio en una isla de carreteras saturadas y déficit de transporte público. El personal ha respondido y acude en abundancia al servicio ferroviario. La realidad con la que se topa, sin embargo, ya en el andén, es bien diferente.

Los trenes se llenan a rebosar y ante ello, a primera hora de la mañana, Serveis Ferroviaris, bajo la vaga y estéril expresión de «cuestiones operativas», opta por reducir vagones mientras convoyes nuevos permanecen sin estrenar desde hace medio año. La práctica y la reacción de la empresa nos lleva a pensar que la operatividad aludida consiste en realidad en el propósito de derrotar al usuario por agotamiento. El pasajero ha respondido a la llamada de tren gratis pero, al aproximarse a la vía, topa con una hospitalidad adulterada. Mal servicio, carencia de información, y trenes que te expulsan por saturación. Eso, por no hablar de estaciones indignas de tal nombre, paradas que a lo sumo son merecedoras de la asignación de simples apeaderos.

Apatía y descontrol. Mantenemos el tren por simple inercia, sin convicción de su necesidad y porque dejarlo en vía muerta sería una escándalo, vistas las condiciones de movilidad de la sociedad mallorquina actual. Dicen que en marzo, sin fecha concreta, se incorporan más trenes. Se alimenta una vaga esperanza.

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