Urbanismo

Tensión vecinal en una reunión con el Govern y el Ayuntamiento por los 60 pisos nuevos de Cas Català: "Esto será una ratonera"

El Govern asegura que esas viviendas de precio limitado proyectadas por un promotor privado en una parcela de la calle Olivera cumplen la ley · La sala habilitada en el Hotel Maricel para celebrar la reunión se quedó pequeña ante la gran afluencia de vecinos, que expresaron su malestar por el desarrollo urbanístico de este terreno

La sala de la reunión se quedó pequeña para albergar a todos los asistentes, en torno al centenar

La sala de la reunión se quedó pequeña para albergar a todos los asistentes, en torno al centenar

Juan Luis Iglesias

El hotel Maricel fue el escenario este jueves de una tensa reunión entre representantes del Govern y del Ayuntamiento de Calvià con vecinos de Cas Català preocupados al trascender que está en marcha un proyecto para construir 60 viviendas en una zona boscosa situada en la calle Olivera, número 8, al lado de unas pistas deportivas municipales. Más de un centenar de residentes asistieron al encuentro, en que dejaron constancia a viva voz de su malestar.

La cita se concibió por parte de las autoridades como una manera de dar todas las explicaciones sobre esta promoción urbanística que, como han asegurado hasta la fecha las administraciones, se enmarca en la legalidad.

Por la forma en que reaccionaron los vecinos, ese objetivo de apaciguar los ánimos no se cumplió. Se sucedieron las intervenciones críticas con el proyecto, argumentando por ejemplo que iba a convertir la zona «en una ratonera» por el incremento de coches. Otras voces advirtieron de que 60 pisos «son una barbaridad». «Si fuesen 20, nadie protestaría», afirmó una vecina.

Los residentes se preguntan cómo es posible que unos terrenos destinados a equipamientos privados (como puedan ser usos sanitarios, deportivos o culturales) puedan acabar convirtiéndose en viviendas.

El director general de Vivienda del Govern, José Francisco Reynés, la directora de Vivienda del Ayuntamiento, Mar Colomar, y la edil Esperanza Català

El director general de Vivienda del Govern, José Francisco Reynés, la directora de Vivienda del Ayuntamiento, Mar Colomar, y la edil Esperanza Català / Juan Luis Iglesias

Como ya informó este diario el pasado mes de enero, la clave reside en la nueva normativa autonómica aprobada esta legislatura por el Govern de Marga Prohens para hacer frente a la emergencia habitacional.

Y así lo explicó este jueves a los asistentes el director general de Vivienda y Arquitectura del Govern, José Francisco Reynés, quien les quiso transmitir un «mensaje de tranquilidad» y les recordó que éste es un solar urbano que está calificado como equipamiento.

Uso residencial

En declaraciones previas a los medios, Reynés detalló que, con la nueva normativa, en este tipo de suelo (tanto si es público como si es privado) se permite un uso residencial siempre que se trate de viviendas sujetas a algún tipo de protección. En este caso, serían pisos de precio limitado. Además, se mantiene la posibilidad de combinar ese nuevo uso residencial con el ya existente de equipamiento.

El director general explicó que los ayuntamientos tenían la opción de elegir si se acogían a las medidas que contempla la ley y apuntó que Calvià decidió hacerlo así, «y por tanto [esas medidas] son aplicables en todo el municipio». 

Respecto a la ubicación del proyecto urbanístico en una zona de influencia del torrente, Reynés fue categórico y afirmó que «esta parcela no está en zona inundable». Agregó que es cierto que existe un pequeño torrente, pero manifestó que «la edificación no está afectada por esta parte». En todo caso, dijo, se requiere un informe de Recursos Hídricos, que tendrá en cuenta las mejoras de canalización que ya tiene previstas el promotor.    

La inquietud vecinal se disparó el mes pasado cuando los vecinos de la zona recibieron en sus buzones una nota mecanografiada y anónima informándoles de que en una zona arbolada se prevé desarrollar una promoción de 60 viviendas. 

Equipamiento comunitario

En esa nota anónima, se apuntaba lo siguiente: «Cuando el planeamiento urbanístico establece que allí debe haber un equipamiento comunitario y no viviendas o centros comerciales lo hace en base a estudios y cálculos complejos que tienen en cuenta aspectos como cargas de tráfico y densidades de población máximas».

En esa hoja informativa, se señalaba que «el problema no es que se construya o que se arrase un espacio natural». 

«El problema es la pérdida de calidad de vida que nos supondrá a todos un solar donde el planeamiento había establecido la necesidad de un equipamiento comunitario para el barrio se destine a viviendas para 60 familias y 150 vehículos que nunca estuvieron previstos», indicó.

Representantes municipales

Por parte del Ayuntamiento, estuvieron presentes la directora general de Vivienda de Calvià, Mar Colomar, y de la teniente de alcalde Esperanza Catalá, vinculada a Cas Català, quienes también tuvieron que lidiar con las airadas intervenciones de los residentes.

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