Así fomenta APAEMA la agricultura ecológica en las escuelas de Mallorca

Uno de los objetivos de APAEMA a través de los talleres escolares es poner en valor el producto local y la importancia de que haya personas que se dediquen a la producción ecológica

Rosa Ferriol

Rosa Ferriol

Porreres

La agricultura ecológica llega a los huertos escolares y a las aulas de varias escuelas de Mallorca. Lo hace a través de la Associació de Producció Agrària Ecològica de Mallorca (APAEMA). En este caso, Laus Fullana y Manu Moreno son los encargados de que la esencia de la agricultura ecológica llegue a los colegios a través de talleres y actividades en los huertos escolares. Moreno remarca que el principal objetivo es «poner en valor y visibilizar que existe un producto local». Y es que la realidad que se encuentran en las aulas es que muchas veces hay una desconexión total entre el plato y la tierra. «Muchas veces el alumnado ni siquiera relaciona la alimentación con la agricultura y mucho menos con la ecológica», lamenta, por ello, el primer paso a dar es «enlazar la agricultura ecológica con lo que se está desarrollando en el huerto y como este tipo de actividades las hacen los agricultores y gracias a esto podemos tener alimentos de mayor calidad». Es decir, que comprendan que lo que brota en el huerto escolar es un reflejo de lo que sucede en los campos de los agricultores, que el mismo esfuerzo y cuidado que ellos ponen en sembrar una semilla lo ponen también quienes trabajan la tierra día a día. «Se trata de concienciar sobre la alimentación y que ellos vean todo lo que implica producir un alimento. La clave es que vean el proceso porque no están muy familiarizados», desgrana el experto de APAEMA.

Manu Moreno explica que en las escuelas han encontrado mucha diversidad ya que «por suerte» han podido trabajar en distintos puntos de la isla. «En Palma, por ejemplo, en determinados barrios te encuentras con un perfil de alumnado que está muy desconectado de los procesos naturales y mucho menos tienen un abuelo con un fora vila», en cambio, en los pueblos es más normal que los niños y niñas tengan algún referente foraviler, por ejemplo, «en Son Macià te encuentras un alumnado más familiarizado, incluso algunos ya han sembrado alguna vez y tienen cierto vínculo con la agricultura».

A parte de concienciar sobre el consumo local, Moreno recalca que también lo hacen sobre el valor y la importancia de que haya personas que se dediquen a la producción ecológica, de la importancia de que haya y siga habiendo agricultores. También subraya que si bien muchos niños y niñas están poco familiarizados con la huerta, es cierto que a todos «la huerta les despierta la curiosidad y el asombro ante los detalles de la naturaleza que podemos descubrir a través de ella».

Manu Moreno recuerda que en APAEMA se trabaja la agricultura ecológica desde la visión de la agroecología, eso quiere decir que para poder reforzar la parte de agricultura ecológica es clave trabajar dentro del territorio estimulando el comercio local. En este punto, señala Moreno, es importante la parte de los consumidores, «si no tenemos consumidores que conozcan la existencia de los productos locales, su importancia y su valor, entonces la agricultura ecológica no podría sostenerse porque necesita un mercado al que poder abastecer. Es importante que estén concienciados de la importancia de consumir producto local y ecológico. Conectando con los docentes y el alumnado estamos generando este feedback, además en algunas escuelas hemos podido hacer talleres en familia».

En las escuelas

Durante el primer trimestre del curso escolar, APAEMA ha hecho un intenso trabajo para acercar la agricultura ecológica a los más pequeños con 66 intervenciones educativas en nueve centros. En este segundo trimestre, la divulgación continúa. Además gracias al apoyo de ayuntamientos como Porreres o Manacor se hacen talleres continuados en los centros educativos de estos municipios. Además, una de las novedades de este año es que en el barrio palmesano de Nou Llevant, gracias al proyecto Nou Llevant es Mou! que impulsa IDISBA se trabaja con las escuelas a través de la huerta ecológica escolar como vía para reducir las altas tasas de obesidad y el sedentarismo infantil que han detectado entre los sectores más vulnerables de la población de este barrio.

Así las cosas, Manu Moreno explica que los talleres que se imparten son de distintas temáticas. En concreto, hay definidos cuatro ejes que permiten englobar las ideas claves para cuidar un huerto.En primer lugar se trata el huerto en general. En este capítulo se hace hincapié en el hecho de que un huerto involucra muchas tareas, lo que permite estimular la parte más cooperativa. En los talleres que se imparten en las escuelas, también se habla de suelo y fertilidad. Se explican los nutrientes del suelo y los procesos biológicos que participan para que las plantas puedan crecer y producir frutos. No falta el estudio de los cultivos de cada temporada. «Esta parte es clave a la hora de estimular el hecho de poner en valor los productos locales». Finalmente, se trabaja la biodiversidad y la salud.

Manu Moreno deja claro que de cada vez más el huerto permite gestionar situaciones de aprendizaje. «El huerto escolar da mucho juego pero los docentes necesitan un refuerzo extra y los talleres dan un impulso a la parte de huerto», reconoce Moreno que desgrana que una de las claves que permite crear este vínculo es que los escolares se puedan llevar a casa una planta y ver su desarrolla hasta obtener el fruto.

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