Lletra menuda

La espoleta del centro de menores

Llorenç Riera

Llorenç Riera

Igual que si lo hubieran redescubierto hoy. El Ayuntamiento de Inca retira el dispositivo de apatía y olvido que precintaba el polvorín de Santa Margalida y al amparo del «gran valor paisajístico e histórico» del lugar, el equipo de gobierno municipal obtiene munición política de la oposición para poder reclamar de forma unánime a Defensa la cesión de las instalaciones o la posibilidad de adquirirlo a un precio “razonable”.

El consistorio ya había solicitado antes que la venta del polvorín fuera interceptada y neutralizada en el mercado inmobiliario. Existe un detonante claro en la evolución de la táctica municipal.La vieja instalación, ya desclasificada en términos militares, había sido barajada por el Consell como lugar reciclable a modo de centro de acogida de menores no acompañados. El Ayuntamiento vio en ello riesgo de conflicto social y a partir de ahí activó las alarmas y un juego de guerrillas políticas nada edificantes.

Ahora pretende dictar el armisticio de la tutela de los valores históricos y medioambientales. Si puede toma el mando del lugar también promete liberar, en beneficio de los antiguos propietarios, los terrenos expropiados en su día. Según el alcalde Moreno, Inca ya ha cumplido de sobras en acogida a menores desprotegidos. No quieren que Santa Magdalena se convierta en un polvorín de desencuentro social. Que al menos brote una flor donde se veta la hospitalidad.

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