El Ayuntamiento de Alcúdia adjudica la explotación de los cinco polémicos balnearios de playa
Varios propietarios ya están ultimando las denuncias porque consideran que la ubicación de estas construcciones les perjudican, al situarse frente a sus casas

Los nuevos balnearios podrán permanecer abiertos hasta las once de la noche / J.F.M.
El Ayuntamiento de Alcúdia ya ha aprobado la adjudicación del proyecto de los nuevos balnearios que se han construido en la playa y que han provocado el enfado de los vecinos, ya que no les ha gustado la ubicación que se ha elegido para construir estos cinco nuevos edificios. La ubicación ya no permite a estos residentes la posibilidad de disfrutar de una vista directa al mar desde sus domicilios, como han venido disfrutando hasta ahora.
La Mesa de Contratación creada por el Consistorio ha rechazado la posibilidad de ofrecer un lote único para la explotación de estos cinco restaurantes situados a pie de playa, a escasos centímetros del paseo peatonal, y ha optado por dividir la concesión en cinco partes. Aunque las empresas han presentado propuestas en varios lotes, finalmente solo se han adjudicado la explotación de cada uno o de los balnearios a diferentes empresas. Por lo tanto, la explotación de esta instalación pública la realizarán cinco empresas distintas, que se garantizan un contrato de diez años, a cambio de un pago anual. Cada local tiene un canon distinto, en función de su ubicación, pero la cifra media se sitúa en alrededor de 300 mil euros por año. Por tanto, con la concesión de este proyecto el Ayuntamiento se asegura unos ingresos de algo más de 16 millones de euros en la próxima década. Los ingresos que cobrará el Ayuntamiento en apenas un periodo de tres años ya cubren de sobra la inversión que se ha dedicado para el diseño y la construcción de estos cinco chiringuitos, que han costado alrededor de unos tres millones de euros.
El principal criterio que ha tenido en cuenta la Mesa de Contratación para elegir a la empresa que explotará el balneario durante los próximos diez años ha sido la oferta económica. Cada lote tenía un precio mínimo de salida, de alrededor de unos 300 mil euros por año. Cada oferta superaba dicho precio mínimo.
Este proyecto ha provocado la indignación de un numeroso grupo de vecinos del Port d’Alcúdia, que se quejan sobre todo por la ubicación que se ha elegido para construir estos edificios de hormigón. Los antiguos chiringuitos, construidos con madera, estaban ubicado sobre la arena de la playa y cubrían las necesidades de los bañistas. El local se cerraba a media tarde, a medida que los turistas iban abandonando la playa. En ningún caso permanecían abiertos durante el horario nocturno. Sin embargo, los actuales balnearios que ha construido el Ayuntamiento ofrecen un servicio más amplio a los clientes y están pensado no solo para turistas que acudan a la playa, sino también para los que paseen por el tramo peatonal que discurre junto a las viviendas. Además, el contrato de la concesión les autoriza a permanecer abiertos hasta las once de la noche. Muchos propietarios de bares y restaurantes también se han quejado de este proyecto, porque no alcanzan a entender que sea el propio Consistorio el que impulse esta competencia al permitir que estos negocios estén abiertos en horario nocturno, lo que perjudica al resto de establecimientos de ocio.
Los propietarios de las viviendas ubicadas en primera línea se quejan de que a partir de ahora, y con la única intención de que el Ayuntamiento aumente sus ingresos económicos, ya no podrán disfrutar de una vista directa al mar. Frente a sus casas, o edificios, se encontrarán con la presencia de estas modernas construcciones, convertidas en balnearios, que tienen 27 metros de largo, seis de ancho y casi cinco de altura. Por lo tanto, al no tener ya vista directa al mar los propietarios afirman que sus viviendas han sufrido una pérdida enorme de valor.

La construcción se sitúa junto al paseo peatonal y a escasos metros de las casas / J.F.M.
Ante este conflicto, son varios los vecinos afectados que no están dispuestos a quedarse con los brazos cruzados y ya se están poniendo de acuerdo para acudir a los tribunales. El objetivo principal es que se derriben estas cinco construcciones y se ubiquen en otra zona. Aceptarían que los cinco edificios vuelvan a ocupar el mismo espacio donde se encontraban ubicados los antiguos chiringuitos. Los propietarios están dispuestos a presentar denuncias penales si así lo aconsejan los abogados, porque se sienten perjudicados por la actuación del consistorio de Alcúdia.
Los vecinos recuerdan que tradicionalmente este espacio residencial del Port d’Alcúdia ha sido una zona muy tranquila, lejos del bullicio de los meses de verano, sobre todo a partir del momento en el que los bañistas van abandonando la zona. Sin embargo, temen que a partir de las próximas semanas, cuando empiece la actividad de estos locales de ocio, la situación cambie, debido a que se les permite mantener abierto el bar desde primera hora de la mañana, hasta las once de la noche.
Uno de los más perjudicados por este proyecto ha sido el hotel Princesa Sumwing, ya que el Ayuntamiento de Alcúdia ha ubicado una de estas polémicas construcciones justo enfrente de su terraza principal, lo que supondrá una gran molestia para los clientes.
Los afectados ya denunciaron el pasado verano que se permitiera que durante la época estival se pudieran continuar con las obras, con las correspondientes molestias para los vecinos y para los turistas, cuando es un periodo en el que habitualmente está prohibido realizar este tipo de trabajo de construcción.
El Ayuntamiento ha contado con el apoyo de Demarcación de Costas. Los vecinos tampoco entienden la razón por la que, mientras que en la mayoría de playas se están eliminando estas instalaciones dedicadas a la explotación de bares, precisamente en Alcúdia se haya permitido la construcción de estas estructuras de hormigón, a pesar de las evidentes molestias que están ocasionando a los residentes que suelen trasladarse a esta zona para disfrutar de los meses de verano.
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