Las familias de los ancianos de la residencia de Muro se los llevan por la mala asistencia

Una interna apareció con numerosos hematomas y su hija teme que se produjeron por una mala maniobra al moverla

La mujer no pudo explicar de qué forma había sufrido las lesiones en la pierna

La mujer no pudo explicar de qué forma había sufrido las lesiones en la pierna / J.F.M.

La falta de trabajadores en la residencia Reina Sofía de Muro empieza a repercutir en la mala asistencia que reciben los ancianos. Hace pocos días los familiares de una mujer, que sufre una profunda demencia, decidieron sacarla de la residencia, debido a que durante el poco tiempo en el que estuvo viviendo en el centro sufrió toda clase de golpes, que se tradujeron en espectaculares hematomas por varias partes del cuerpo. Los familiares descartan que las lesiones estén relacionadas con una supuesta agresión. Lo atribuyen a las consecuencias de malas maniobras para mover a la mujer, que tiene 85 años de edad, y que precisa de una constancia asistencia.

Una hija de esta mujer explicó que después de una espera de nueve meses se consiguió una plaza para su madre en esta residencia de Muro, que depende del ayuntamiento del municipio. La mujer, que tiene reconocida la condición de gran dependiente, ingresó a mitad del pasado mes de septiembre. No llevaba ni quince días ingresada cuando sus familiares se dieron cuenta que la anciana tenía los tobillos muy inflados y las piernas vendadas. Pidieron explicaciones a una trabajadora, «que nos dijo que no sabía qué había ocurrido». La hija pidió que le retiraran las vendas y en ese momento se descubrió que su madre tenía todas las piernas amoratadas.

La mujer tenía toda la pierna amoratada, pero no se ha averiguado como sufrió esta lesión.

La mujer tenía toda la pierna amoratada, pero no se ha averiguado como sufrió esta lesión. / J.F.M.

Estas lesiones, aunque leves, fueron repitiéndose durante las siguientes visitas. La mujer, debido a su estado senil, era incapaz de recordar de qué forma había sufrido estos hematomas. Ella tampoco en ningún momento se quejaba de dolor. Aún así, la familia quiso buscar una explicación de lo ocurrido, pero hasta ahora no la ha encontrado.

Debido a que el problema no se resolvía y que la anciana cada vez presentaba más lesiones, los familiares decidieron llevarse a la anciana de la residencia. Desde entonces la mujer vive en la casa de su hija y es atendida por sus personas más allegadas.

La hija afirma que tuvo una conversación personal con el alcalde de Muro, que le dijo que no sabía nada de lo que había ocurrido, pero se comprometió a que lo averiguaría. Sin embargo, ya han pasado varias semanas y la familia no ha recibido ningún tipo de explicación.

La familia también presentó una queja ante la conselleria de Asuntos Sociales. Una trabajadora aconsejó a los familiares que lo mejor era que continuaran abonando la cuota de la residencia, que representa un coste mensual de unos 900 euros, y que al mismo tiempo se solicitara un cambio de centro. De lo contrario, si se renunciaba a esta plaza, la mujer volvería a ser incluida en la lista de espera, pero sería colocada en las últimas posiciones. La familia no quiso correr el peligro de que la anciana pudiera tener lesiones mucho más graves y decidió llevársela de la residencia. A la espera de conseguir una nueva plaza en otro centro, de momento se encuentra bajo los cuidados de sus allegados.

Falta de personas

Los familiares no tienen ninguna queja de las trabajadoras, entre otras cosas porque se dieron cuenta de inmediato que la residencia de Muro tenía muy poco personal. Hay que tener en cuenta que son muchos los residentes que sufren problemas de demencia y precisan una ayuda constante, tanto para lavarse, vestirse o acostarse. Debido a las difíciles condiciones laborales que se ofrecen en la residencia, los allegados creen que se está contratando a personal poco cualificado, que es el único que acepta la enorme carga de trabajo que se les está ofreciendo.

A la mujer le vendaron las piernas por los golpes que presentaba

A la mujer le vendaron las piernas por los golpes que presentaba / J.F.M.

Precisamente, este periódico ya informaba ayer de la grave situación que denunciaban los propios empleados, que afirmaban que la plantilla actual del centro de Muro es insuficiente. Son nueve los trabajadores que están en estos momentos en plantilla, que tienen que cubrir durante todos los días del año los tres turnos diarias. Es habitual que estos empleados tengan que doblar turnos, ya que de lo contrario los ancianos no estarían atendidos. En más de una ocasión el turno de noche se ha cubierto con una sola trabajadora.

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