Patrimonio

El refugio antiaéreo de Pòrtol, sumido en un estado de abandono

La estructura, que se encontró en 2010, tiene potencial como punto de interés cultural

Más de una década después de ser descubierta, el refugio sigue clausurado.

Más de una década después de ser descubierta, el refugio sigue clausurado. / Miquel Bosch

El refugio antiaéreo descubierto en 2010 durante unas obras en la plaza Guillem Rigo, en el municipio mallorquín de Marratxí, permanece en un estado de abandono desde el día de su hallazgo. La estructura, localizada durante el mandato del entonces alcalde José Ramón Bauzá, fue en su momento considerada como un posible punto de interés histórico y cultural, que se abriría al público tras las obras de adecuación necesarias. Sin embargo, más de una década después, sigue cerrado y sin avances significativos para su conservación o puesta en valor.

A lo largo de los últimos 14 años, han pasado por la alcaldía de Marratxí representantes de distintos partidos políticos: un mandato del PP, otro de MÉS, uno del PSOE y, actualmente, nuevamente el PP. Durante este tiempo, el refugio ha permanecido sin intervención alguna más allá de una valla protectora y unas planchas metálicas que cubren su acceso. Estas medidas, inicialmente provisionales, han sufrido un notable deterioro debido al paso del tiempo y a las inclemencias meteorológicas.

Peligro para la seguridad

El reciente vendaval que azotó Balears dejó al descubierto la precariedad de estas protecciones. Varias de las placas metálicas que cubrían el acceso al refugio fueron arrancadas, dejando expuesta la entrada y aumentando el riesgo de accidentes. Además, la valla que rodea la zona se encuentra oxidada y debilitada, lo que facilita intentos de acceder al interior, con el consiguiente peligro para los curiosos.

El refugio se halló en 2010, con motivo de las obras para la instalación de contenedores soterrados de basura en la plaza Guillem Rigo de Pòrtol. Estos trabajos pusieron al descubierto uno de los tres refugios que se construyeron en la localidad durante la Guerra Civil. El escondite sacado a la luz iba desde la plaza Guillem Rigo hacia la calle Rectoria, cruzando por debajo de la calle Major. La zona que quedó al descubierto tiene una longitud de 45 metros por dos metros de altura.

El Ayuntamiento, al tener conocimiento de la existencia de este refugio, decidió suspender las obras de instalación de los contenedores en este lugar y optó por buscar otra ubicación en la misma plaza.

Tracking Pixel Contents