Desplome histórico de la producción de aceituna
Las ‘tafones’, que solían trabajar a pleno rendimiento estos meses, ya están cerrando. Las previsiones apuntan que la producción se ha reducido en más de un 60% respecto al año anterior. Las lluvias de estos días provocaran que el fruto se hinche pero los rendimientos van a bajar

Bernardo Arzayus
Mientras las ‘tafones’ de Mallorca cierran sus puertas antes de lo previsto, sumidas en una de las peores campañas de producción de aceituna de su historia, un médico de sa Pobla recoge aceitunas como hobby. La campaña de producción de la aceituna ha sufrido un desplome histórico poniendo en jaque a un sector que ha sido sinónimo de tradición y calidad durante siglos. Las ‘tafones’, que solían abrir en octubre y estaban prácticamente abiertas hasta principios de diciembre, van cerrando la campaña estos días. Algunas ya han bajado el telón de su campaña hace más de una semana. La producción ha disminuido drásticamente. Atrás quedan las imágenes de largas colas esperando su turno para entrar en las almazaras, muchas de estas personas con la intención de hacer su propio aceite ante la subida de precio que sufrió el oro líquido.
La sequía, unida a plagas como la mosca de la aceituna, ha asestado un golpe a los olivos mallorquines. La escasez de aceitunas augura un aumento considerable de los precios en el mercado del aceite virgen extra de Mallorca, poniendo en peligro el acceso de muchos consumidores a este producto básico de la dieta mediterránea.
En la Tafona Son Pujol, de Santa Margalida, ya han cerrado. Sus olivares se encuentran situados en los municipios de Santa Margalida, Maria de la Salut, Ariany y Muro. En Son Pujol explican que «antes si un productor venía con 500 kilos de aceitunas, este año ha venido con 100 kilos», con los mismos olivos. «No habíamos visto nunca nada igual», afirman. En Sa Tafona de Son Catiu, que se encuentra en la carretera entre Inca y Llubí, ya barajan porcentajes de bajo rendimiento para este año. Aunque no lo sabrán hasta finalizar la campaña, en poco más de una semana, prevén que la producción de aceituna se ha reducido en más de un 60% respecto al año anterior. «Las lluvias de estos días provocaran que la aceituna se hinche pero los rendimientos van a bajar», explican.

Un campo de olivos junto a patateras en sa Pobla. / T.Crespí
Según los datos facilitados por Illes Balears Qualitat en la campaña del 2022-2023 se produjeron 318.000 litros por 883.000 olivos. Los residuos orgánicos que se generan al hacer el aceite, por ejemplo de la Coopertiva Agrícola de Sóller, los gestiona ABAQUA (Agencia Balear del Agua y Calidad Mediambiental), a través de FACSA, que gestionan el ciclo integral del agua.
La aceituna: el hobby de un médico ‘pobler’
Mientras la producción de aceituna se desploma un médico jubilado de sa Pobla, Joan Comes (1953), ha encontrado en el cultivo de aceitunas su pasatiempo. Es el padre del escritor pobler, Melcior Comes, y en estas fechas lo podemos encontrar en la finca de su abuelo Sion, conocido también en la localidad por su labor que ejerció como maestro. Siembra unos siete cuartones.
«En estas tierras antes había naranjos», explica. La historia de cómo esta finca se dedicó a distintas variedades de aceituna es poco más que curiosa. «En el momento que me decidí a sembrar los olivos solo se podían sembrar de veintiuno en veintiuno», explica. «Traía veintiuno olivos y luego en otro momento veintiuno más». Motivo por el que la finca tiene distintas variedades de aceitunas.
Variedades de Aceite de Mallorca
Las variedades que se manejan en Mallorca, sobre todo en las ‘tafones’, son mayoritariamente arbequina y picual. El aceite de la variedad arbequina destaca por su suavidad, mientras el picual es más intenso. Cabe destacar que se trata de variedades autorizadas para la elaboración del aceite de Mallorca, reconocido como tal para su comercialización, que aportan características organolépticas y físico-químicas que permiten obtener aceites diferenciados de gran calidad.
En el siglo XIX también se reconoció el aceite de Mallorca en un concurso celebrado en Cataluña, donde el oro líquido mallorquín consiguió el segundo premio. Fue también en el siglo XIX, explican en Oli de Mallorca, que el Arxiduc Lluís Salvador también elogió la calidad del aceite mallorquín.
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