Lletra menuda

Peligros y degradación de la noche

Ellie Flynn, en la playa de Magaluf

Ellie Flynn, en la playa de Magaluf

Llorenç Riera

Llorenç Riera

Para que la regeneración y dignificación de Magaluf sea cierta no basta con que las autoridades, determinados agentes sociales y la promoción turística la den por hecha. Hace falta que residentes y visitantes la corroboren con su propia experiencia personal. El devenir cotidiano de la zona, los excesos cotidianos de distinta índole que siguen sucediéndose, llevan a pensar que, especialmente el Ayuntamiento de Calvià, se ha precipitado en cantar victoria.

Es más, testimonios como el del equipo de la periodista Ellie Flynn recopilados para la televisión británica Channel 4, permiten sostener que Magaluf no se desprende de su condición de lugar degradado y que, para mayor perjuicio, posibilita comportamientos peligrosos para las personas y susceptibles de persecución legal.

Si, como acredita el documental, grupos organizados de hombres pueden campar a sus anchas en Punta Ballena buscando sexo fácil con mujeres desprotegidas, estén o no bajo el efecto del alcohol, significa que hay lugar para la vergüenza colectiva y para reclamar intervenciones mayores que salvaguarden la dignidad y el respeto a la libre voluntad de cada uno. El documental en cuestión es una bofetada directa sobre la ya castigada imagen de Magaluf, pero también un acicate para intervenciones contundentes que incluyan demanda de responsabilidades a quienes no saben de líneas rojas.

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