Lletra menuda: La insalubre gestión de los residuos

Desde hace días, los contenedores desbordan y el mal olor invade sus calles.

Desde hace días, los contenedores desbordan y el mal olor invade sus calles. / Teresa Tous

Llorenç Riera

Llorenç Riera

Dado que la muy deficiente recogida de basura en la mayoría de poblaciones de Mallorca sigue siendo más que evidente, solo cabe preguntarse qué aislamiento se han procurado los gestores municipales para inmunizarse ante la pestilencia, la acumulación de residuos y el lamento vecinal. Algo han hecho para blindar su condición de clase insensible preferente porque, si apechugaran con los problemas del común de los mortales, hace tiempo que tendrían la calle recogida y limpia. Pero no, sea en el Pla o en la costa, reconocen que la recogida de basura es pésima, toleran los incumplimientos del concesionarios, ponen multas porque todo se arregla con dinero y a ver pasar los días. Son los efectos de concesiones en precario y convenio tardío.

Lo de s’Arenal es preocupante hasta el extremo de lindar ya con la falta de salubridad. La alcaldesa de Llucmajor no deja quebrar su bienestar por ello. «Buscará soluciones» para un problema viejo. En el trance, sus indignados administrados suplen sus funciones. Ellos mismos retiran la basura y hasta llegan a practicar la movilidad de desperdicios en busca de contenedores más activos.

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