Industria
Sant Llorenç conmemora un siglo de historia del primer taller de bordados, toda una revolución social y económica
En Son Carrió aún está en activo Confeccions Estrany, que suma su tercera generación y que ha encontrado en la ropa blanca estilo ibicenco su clientela más fiel

FOTOS | La historia de Confeccions Estrany, en imágenes / B.C. / C. E.
Sant Llorenç conmemora este fin de semana el centenario del primer taller de la industria de bordados. A finales de la década de los cincuenta un herrero de Son Carrió, Jaume Estrany Umbert, viendo el auge que había en la industria de los bordados en Sant Llorenç, decidió cambiar de profesión para dedicarse a la confección de bordados. Abrió un taller y empezó un negocio, con la ayuda de su mujer, que bordaba para otro taller de Sant Llorenç y así, poco a poco fue creciendo. Ahora se cumple un siglo de historia de la apertura del primer taller de bordados llorencí, que fue toda una revolución social y económica para el municipio. Muchas eran las mujeres que trabajaban en estos talleres de confección, para suministrar a una demanda cada vez mayor en la sociedad.
Con el paso del tiempo tuvieron que sobrevivir a muchas adversidades como la Guerra Civil o la evolución industrial en la confección, entre otros. Cien años después solo este taller ha conseguido sobrevivir, Confecciones Estrany en Son Carrió. Tres generaciones han ido regentado el negocio. A Jaume Estrany, le siguieron sus hijos, Micaela y Jaume Estrany Verd y actualmente sus nietos Jaume Estrany Vives y Bel Nadal Estrany, que lo llevan regentando unos veinticinco años. El viejo negocio de la primera generación se fue mecanizando en la segunda cuando adquirieron en Barcelona unas máquinas Singer. Aquello les permitió pasar de cortar treinta vestidos en una mañana de manera manual a cien con la nueva maquinaria. La producción crecía coincidiendo con el boom turístico.
Poco a poco la sociedad fue cambiando y aquellas mujeres que trabajaban en el taller lo fueron dejando para ir a trabajar en los nuevos hoteles de la zona costera. En esta época la demanda de bordados empezó a disminuir, hasta que un día un representante de Cataluña, les advirtió que el bordado perdería demanda, ante la entrada del comercio chino en el mercado y les ofreció la posibilidad de confeccionar vestidos de Sevillana ya que en Cataluña había mucha demanda. Para ello el representante catalán les mandó unos vestidos, que desmontaron, para aprender el diseño y así durante unos años, su producción era de un diez por ciento de bordados y un noventa por ciento de vestidos de sevillanas, que vendían, en la costa Catalana y también la valenciana.
Aquello duró hasta que el mismo representante les llamó para pedir si tenían mucha ropa de topos, que era con la que confeccionaban los vestidos andaluces. Al mismo tiempo, les aconsejó no adquirir más. «He visitado un cliente y he visto que la industria china ya produce vestidos de este tipo», esgrimió el representante. Bel y Jaime recuerdan cómo vendían los vestidos de bailarinas sevillanas de tallas pequeñas a precio de fábrica de diez euros, mientras que en las tiendas de Barcelona, se vendían a doce euros y se preguntaron: «¿A cuánto lo debían comprar a los chinos para poderlos vender a este precio?».
Ropa blanca
A esta época, le siguió la de confección de mantones bordados, que les confeccionaban unas mujeres en Petra, pero que tampoco tuvo éxito por la competencia que llegaba de la china. Hasta que hace unos veinte años, una mujer colombiana que les hacía trabajos de confección, les pidió ropa blanca para confeccionar un vestido para su hija. Al verlo, Bel y Jaume decidieron cambiar los bordados típicos por la ropa blanca estilo ibicenco, que es a lo que dedican su producción actual y que les está permitiendo subsistir en el taller.
La red también ha sido una aliada en su negocio, donde poder vender al tiempo que exponer la última moda en ropa blanca. Sus creaciones se pueden consultar en https://confeccionsestrany.es. Actualmente subsisten con una clientela muy fiel, que opta por el producto nacional y más recientemente con una clientela abierta en el resto de las Balears, con el foco puesto en Ibiza y Formentera, donde hay preferencia por el producto de calidad y nacional, y así reza en sus etiquetas ‘Islas Baleares. Made in Spain’.
Si preguntamos por el futuro del taller, esperan que dure hasta su jubilación, la cuarta generación ya no la ven factible en sus descendientes. «Llevamos más de veinte años trabajando juntos y jamás nos hemos peleado, ni nos pelearemos», puntualizan los dos primos que regentan el último taller de confecciones y bordados de Sant Llorenç, en Son Carrió. Auténticos supervivientes al paso del tiempo, a los cambios sociales o, cómo dicen ellos, a la industria china.
Suscríbete para seguir leyendo
- Una pareja de Inca recibe su vivienda social: 'Ahora ya tenemos un piso para formar una familia
- Denuncian que las tareas de mantenimiento del Ibanat favorecen a una única finca privada de Coanegra
- Los okupas de Bellveue están en los edificios que quedaron abiertos para los trabajadores
- Viviendas en suelo rústico en Mallorca: Estos son los pasos que se deben dar para legalizar las construcciones
- Hablan los afectados por los okupas en el complejo turístico Bellevue del Puerto de Alcúdia: 'Molestan, hacen ruido y se ponen agresivos
- Denuncian la peligrosidad de unas grietas enormes en un sendero litoral de Santa Ponça
- El Ayuntamiento de Puigpunyent compra la finca de sa Mola (Galilea), de 300.000 metros cuadrados
- Los juzgados de paz dejarán de oficiar bodas que deberán asumir ayuntamientos y notarios: Esta es la fecha