Lletra menuda

El despertar de la conciencia ciudadana

Fotomontaje que muestra las instalaciones de la macrogranja de Sineu.

Fotomontaje que muestra las instalaciones de la macrogranja de Sineu. / D. M.

Llorenç Riera

Llorenç Riera

Si algún aspecto positivo tiene el conocimiento del proyecto de la macrogranja de Son Vanrell es su capacidad por despertar una conciencia ciudadana que parecía adormecida. Claro que ello no hubiera sido necesario caso de no existir una amenaza de desproporción en distintos órdenes pero, ya que ha ocurrido, significativa es la reacción que se ha producido. Otra cosa es el manejo político del asunto, pese a los distintos informes negativos que van emitiendo los servicios técnicos del Consell. La irritación del conseller Simonet cuando se le interpela en público sobre la macrogranja no constituye un buen síntoma. En estos momentos, el rechazo claro y contundente se limita a algunos ámbitos de la Administración Local y a un anuncio de moratoria, por parte del Consell, que viene a ser la prolongación de la incertidumbre.

Dicen los promotores del inmenso gallinero de Son Vanrell (13 millones de docenas de huevos en un año) que tanta oposición al proyecto obedece a un desconocimiento de su contenido real. Quizás no hace falta enfrascarse en más detalles ni informes farragosos y sí ser un poco más prácticos y realistas. Por ejemplo, visitar Manacor y percibir el hedor que domina sus calles en determinadas horas a causa de los vertidos de estiércol avícola que se toleran en las proximidades. O hablar con los vecinos de fincas próximas invadidas por una auténtica plaga de moscas.

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