Una empresa quiere construir viviendas sociales en el cine Goya de Manacor

La iniciativa del grupo inversor no llegará a buen puerto porque la normativa municipal sólo permite un bar o restaurante y un espacio cultural

Antigua sala de butacas del cine Goya de Manacor.

Antigua sala de butacas del cine Goya de Manacor. / S. Sansó

Sebastià Sansó

Sebastià Sansó

Hace unos días, un grupo inversor visitó el antiguo cine Goya de Manacor, la sala de cine de barrio que estuvo abierta hasta noviembre del año 2000 y que cerró, por tanto, hace casi 25 años. La consulta era clara, «queremos comprar el cine para transformarlo y poder realizar viviendas de protección oficial (VPO)». Una demanda que la propiedad ha tenido que dejar pasar, no por falta de acuerdo económico, sino porque simplemente es imposible .

Con las normas urbanísticas municipales en mano, el cine Goya, situado en la calle Pare Andreu Fernández de Manacor, «no se puede transformar en otra cosa que no sea un bar o restaurante en la planta baja y un espacio cultural en la primera planta donde está el patio de butacas», explica Margalida Fons, una de las propietarias del inmueble que, además, tiene otro ‘problema’, y es que está dentro del catálogo de patrimonio ‘manacorí, ya que todavía conserva arcos y otros restos artísticos de lo que fue el antiguo hospicio y hospital local entre los siglos XVIII y XX.

La máquina de proyección del cine.

La máquina de proyección del cine. / S. Sansó

No es la primera vez que una empresa o colectivo quiere comprar el cine de la travesía del Pou Fondo. Reabierto en varias ocasiones para realizar charlas o proyecciones puntuales, para grabar documentales o videoclips, ha sido visitado también, por ejemplo, por responsables de escuelas de idiomas, para poder ser la sucursal manacorina del Cine Ciutat, o incluso por parte de la comunidad musulmana se barajó la instalación de su nueva mezquita. Todas ellas ideas y proyectos frustrados.

El primer fotograma proyectado en el Cine Goya como tal fue el 6 de diciembre de 1957, con un programa doble que incluyó ‘¡Huk!, grito de la muerte’ y ‘Fuego Verde’; ambas proyectadas obviamente en celuloide, dividido en latas de diez minutos que debían juntarse o ir cambiando (es por eso que hasta que no se digitalizó, en las películas más largas solía haber un descanso, porque estaban físicamente en trozos separados). Mientras que la última fue ‘Oriente es Oriente’, el 31 de octubre de 2000, 43 años después.

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