Lletra menuda | El beneficio es para el gran comerciante

Frutas y verduras.

Frutas y verduras. / Freepik.

Llorenç Riera

Llorenç Riera

Que nadie vuelva a preguntarse porqué existen tantas tierras de cultivo abandonadas ni se atreva a seguir considerando a los payeses unos quejicas exagerados adictos al victimismo. La fuerza de la realidad obliga a cambiar conceptos asumidos y a retirar clichés establecidos. Basta mirar el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) que elabora la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) para entender muchas cosas que se resumen en una sola realidad mayor: La agricultura española está hoy secuestrada y presa de los intereses de unas grandes comercializadoras que solo admiten negociación simbólica o publicitaria de precios. En el caso de Balears, hay que añadir a ello el castigo de un 30% más en concepto de importación de productos necesarios para los cultivos.

Que una naranja cueste al consumidor un 979% más de lo que recibe el productor o una patata el 274%, por hablar de la hortaliza con menor gravamen, no tiene nombre porque son consecuencias de unas prácticas de cargos en cadena que ofenden directamente a quien cultiva la tierra.

El IPOD va corrigiendo algunas cosas a paso de hormiga y las tímidas advertencias del Ministerio y el Parlamento Europeo empiezan a dejar en evidencia abusos que claman al Cielo. Pero no basta. Frente a tanto aprovechado se necesita mayor intervención contundente.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents