Lletra menuda

El empeño de hacer del idioma arma de conflicto

Llorenç Riera

La sabiduría de la experiencia y de la práctica política bien entendida –poco abundante– aconsejan no remover las cosas que están tranquilas y asentadas. En esta tierra también esta acreditado que cuando la Administración pone límites y trabas a la lengua catalana estalla el conflicto social y el rechazo político. Pero no hemos aprendido nada.

Vuelve el PP a las instituciones y se pone a ejecutar el ideario de Vox que en buena parte se asienta sobre el rechazo del catalán. Actúan igual de si no existieran problemas reales y grandes cuestiones por resolver y fuera necesario crearlos para justificar el cargo y entretener al personal. Las consecuencias de tal actitud son especialmente graves.

Cualquier residente en Mallorca capaz de prescindir de la visceralidad sabe cuál es el estado de la lengua catalana, la propia de Balears y una de las dos oficiales. Reconocimiento regulado que ahora hacen tambalear y retroceso social. La obligación de las instituciones es salvaguardarla, pero no, al revés. La decisión del ayuntamiento de Calvià es una servidumbre del PP hacia Vox y un eslabón de una cadena de pleitos legales y conflictos sociales que solo está empezando.

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