El Govern deniega a Caixa Colonya el uso de la fábrica de Can Morató como sede social

La dirección general de Recursos Hídricos desautoriza la ejecución del proyecto de reforma de la antigua factoría de tapices de Pollença porque está ubicada en una zona inundable

Joan Frau

Joan Frau

La dirección general de Recursos Hídricos, dependiente de la conselleria del Mar y el Ciclo del Agua, ha denegado la autorización a Colonya Caixa Pollença para habilitar su nueva sede social en la antigua fábrica de tapices de Can Morató porque está ubicada en una zona inundable considerada como de «riesgo muy alto» para personas y bienes.

La caja de ahorros ‘pollencinaadquirió la emblemática fábrica de tapices en enero de 2020 con el objetivo de habilitar la sede social  de la entidad y de la Fundació Guillem Cifre de Colonya cuando se haya ejecutado un ambicioso proyecto de restauración de la factoría, de elevado valor patrimonial y declarada como Bien Catalogado por el Consell de Mallorca en el año 2002.

No obstante, en un resolución firmada el 22 de septiembre por el director general de Recursos Hídricos, Juan Bartolomé Calafat, se deniega la autorización para el proyecto básico elaborado por los arquitectos Jordi Badia y Erik Herrera en diciembre de 2021

El motivo es que el ámbito de las obras está afectado por las zonas de protección (servidumbre y policía) asociadas al dominio público hidráulico «cartográfico o probable» del Torrent de Sant Jordi. También está ubicado en zona de flujo preferente, donde el Reglamento del Dominio Público Hidráulico sólo autoriza «actividades no vulnerables» que no supongan una reducción significativa de la capacidad de desagüe y no permite obras de rehabilitación que impliquen un incremento de la ocupación o del volumen de edificaciones existentes.  

Recreación del proyecto de reforma de la fábrica que pretende ejecutar Caixa Colonya.

Recreación del proyecto de reforma de la fábrica que pretende ejecutar Caixa Colonya. / DM

En el caso concreto de Can Morató, el informe constata que las ruinas existentes no tienen uso desde 1967 (año del cierre definitivo de la fábrica), por lo que «cualquier nuevo uso implica un aumento de la vulnerabilidad». Además, el proyecto arquitectónico «sólo conserva los muros de la fachada», por lo que «no puede considerarse una obra de reparación que no incremente la ocupación en planta». Para hacer frente a las inundaciones, el proyecto contempla la construcción de un muro de cierre perimetral que, según el dictamen, «modifica la corriente de agua y puede reducir de forma significativa la capacidad de desagüe del torrente en esta zona y provocar incrementos de la inundabilidad en el entorno inmediato y aguas abajo».

Debido a las características de la fundación que albergará el edificio, así como las instalaciones proyectadas (salas de actos, aulas, etc...) «debería justificarse que este no es un equipamiento sensible, garantizando por ejemplo que no habrá grandes aglomeraciones de población en el interior», concluye el informe, que recuerda que las instalaciones sensibles «no se permiten en suelo inundable» a excepción de que se demuestre que no hay ninguna alternativa de ubicación.

Contra la resolución de Recursos Hídricos puede interponerse un recurso de alzada ante la conselleria del Mar y el Ciclo del Agua en el plazo de un mes desde la notificación.

El edificio de Can Morató está declarado en ruinas. El proyecto de reforma contempla el derribo de las escasas partes de la estructura que se mantienen en pie. Sólo está previsto conservar los muros de la antigua fábrica. En la planta baja se ubicaría la recepción, un museo, un aula, la sala de actos, una cafetería, una oficina de administración de la Fundació Guillem Cifre y una zona de reuniones de la dirección de la caja de ahorros. El presupuesto supera los 3 millones de euros y la superficie útil es de 1.866 metros cuadrados.

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