El ayuntamiento de Manacor ha presentado la licitación del nuevo contrato de recogida de basuras y limpieza de sus calles. Y lo ha hecho con la vista puesta en el estudio interno que marca la viabilidad de una internalización del servicio. Ahora mismo la cosa está así: Limpiezas Urbanas de Mallorca (Lumsa) se hace con el nuevo contrato, que empezará en octubre, que durará dos años más una posible prórroga de otro, y por el que percibirá 6,5 millones de euros cada doce meses.

Eso supone un incremento del 38% respecto al contrato que acaba, que estipulaba un desembolso municipal de 5 millones anuales. Desde el consistorio, el alcalde Miquel Oliver y el concejal de Medio Ambiente, Sebastià Llodrà, explican que esta medida es, por una parte para exigir que el municipio esté más limpio y por otra para que los más de cien trabajadores de Lumsa en Manacor puedan percibir el aumento del IPC en sus sueldos, solamente aplicable con un nuevo contrato.

Pero la vista y la esperanzas del Ayuntamiento están en municipalizar el servicio y obtener un mayor control sobre las frecuencias, reciclaje y efectividad, principales puntos de aquiles de la concesión, que en los últimos cuatro años ha acumulado más de 180.000 euros en multas administrativas por diversos incumplimientos. «El proceso estaba pensado antes de la última huelga y por plantilla y voluntad podríamos asumirlo», concreta Oliver. Sería a través de la SAM, la sociedad anónima municipal que ya gestiona los aparcamientos, el agua o la playas del municipio.

Dos lotes

Cabe recordar que el nuevo contrato se divide en dos lotes, uno consistente en la recogida de residuos, limpieza viaria y gestión de puntos limpios; y un segundo lote reservado a empresas de inserción social, consistente en la recogida de voluminosos, residuos textiles y preparación para la reutilización, que en este caso ha ganado la Fundación Deixalles, y por el que percibirá 800.000 euros por los dos primeros años.

El contrato se ajusta al nuevo convenio autonómico, introduce las tablas salariales adaptadas y un complemento de 100 euros mensuales por trabajador desde febrero de 2023, que serán de pago al inicio del contrato. «Cuando la pasada primavera, la empresa abocó a los trabajadores a una huelga, tuvimos que decidir si continuábamos con el proyecto de internalización del servicio, o si no ejecutábamos la prórroga y convocábamos un nuevo concurso para poder dar cumplimiento a las necesidades de los trabajadores, que se encontraban en una situación de extrema precariedad, y así poder recoger la actualización de las tablas salariales recogidas en el nuevo convenio colectivo», ha explicado el alcalde de Manacor, Miquel Oliver.

Así, este contrato es de dos años más la posibilidad de un año de prórroga, un contrato «de duración breve para que pueda aplicarse lo antes posible y para que este equipo de gobierno pueda plantear a todo el consistorio cuál debe ser la mejor opción para el municipio, entre las que se encuentra un nuevo contrato de larga duración o un cambio de modelo como la internalización», ha insistido el alcalde. «Es imprescindible que lo que venga después de este contrato sea una decisión consensuada, porque va más allá de un solo mandato», ha añadido. «Un contrato de 6,5 millones de euros anuales requiere que Manacor esté limpio, y aquí es donde el Ayuntamiento debe aplicar las herramientas que tiene para hacer cumplir el contrato. Por eso, debemos reflexionar sobre qué control debemos poder aplicar como administración sobre un servicio que es esencial».