La que en épocas pasadas fue la Central Azucarera Sóller, o la también denominada Sóller Sugar Company, en las lejanas tierras de Puerto Rico, hoy es un centro educativo de vanguardia. Durante más de cuatro décadas ha formado a cientos de estudiantes en los distintos renglones de la agricultura para convertirse en un centro de referencia en la enseñanza de las labores propias del campo en un país donde la agricultura tienen un papel muy preponderante.
Ubicada en el barrio Cibao del municipio de Camuy, en la región de Arecibo de la isla caribeña, el colegio cuenta con más de cuarenta años de historia que asienta sus cimientos sobre lo que fue una próspera industria azucarera que nació del impulso de unos sollerics que emigraron hacia tierras americanas. Hoy, el colegio que ocupa sus instalaciones, se dedica a enseñar las labores del campo y la agricultura de la isla y su trabajo ha dado pie para que sus responsables hayan promovido la creación de la marca agrícola ‘Sóller’ para dar un valor añadido a su producción agraria y ganadera que saca al mercado gracias a la labor de sus profesionales, docentes y alumnos.
El diario portorriqueño ‘Primera Hora’ se hacía eco hace poco de esta particular iniciativa. El director ocupacional del centro vocacional agrícola, Abraham Rosa Medina, explicaba que «actualmente se está trabajando la marca escolar ‘Sóller’» con el objetivo de generar ingresos que permitan al centro una operación autosuficiente. Entre los productos que ya se encuentran en el mercado, está la lechuga o el cilantrillo, del que mensualmente produce unos 180 kilos y que están disponibles en supermercados de la ex colonia española.
De igual forma, el centro escolar que impulsa la marca ‘Sóller’ pretende hacer lo mismo con las carnes que se procesan en el curso de tablajería, que actualmente se encuentra en fase de obtener los permisos para poder comercializarla.
Las instalaciones del colegio generan beneficios a la comunidad de la zona mediante el trabajo que realizan sus docentes en las distintas materias relacionadas con la agricultura y la ganadería. Sus alumnos aprenden desde las labores de siembra y mantenimiento de las plantaciones, la horticultura, el mantenimiento de animales, el ordeño de las vacas o el corte de carnes de cerdo, res, oveja y cabra. Los alumnos también aprenden a familiarizarse con el manejo de maquinaria pesada agrícola en un centro que pronto utilizará la marca Sóller’ para potenciar su consumo entre los portorriqueños.
De fábrica a centro escolar
Durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX la industria azucarera era la principal actividad económica en Puerto Rico. En el municipio de Camuy llegaron a coexistir tres fábricas: la Central Alianza, la Central Riollano y la Central Sóller.
Esta última fue fundada en los primeros años del siglo XX por el solleric Antonio Marqués Arbona. Éste y su hermano Guillermo se dedicaban a la venta de productos agrícolas en el cercano pueblo de Arecibo bajo el nombre de Marqués Hermanos Comercial, hasta que Antonio fundó la central y Guillermo siguió con el negocio agrícola.
La Central Sóller (la Sóller Sugar Company) fue una empresa exitosa durante muchos años. En 1913 produjo unas 900 toneladas de azúcar por año llegándose a superar las mil toneladas en años sucesivos.
Con el paso del tiempo las centrales azucareras perdieron su prominencia en la economía puertorriqueña. Las regiones del país centralizaron su atención en determinados productos agrícolas, abandonando la producción de azúcar. Las sequías, las prolongaciones de las zafras y la reducción del número de colonos trajeron pérdidas de cientos de miles de dólares a la Central Sóller. La Junta de Accionistas de la Sóller Sugar Company decidió el 14 de octubre de 1968 suspender sus operaciones, lo que ha pasado a formar parte de la historia del pueblo de Camuy y de Puerto Rico.
Conscientes de la importancia que tuvo esta central durante la primera mitad del siglo XX para la economía del país, la Asamblea Legislativa de Puerto Rico declaró en el año 2010 la Central Sóller lugar de valor histórico.