Entrevista | Entrevista
Angelina Pérez Sánchez: «Ya me he comprado un cuaderno para tomar nota de todas las demandas vecinales»
«Queremos abrir el Ayuntamiento a los ciudadanos, hasta ahora la gente no se sentía atendida y las decisiones eran unilaterales»

Angelina Pérez, alcaldesa de Lloseta. / J.Frau

Ha sido elegida como la primera alcaldesa de la historia de Lloseta gracias a un pacto entre su partido (Més), el PSOE y Ara Sí. Se inició en política en 2015 como número 2 de la formación ecosoberanista, formando parte del gobierno local al final de la legislatura. Entre 2019 y 2023 ha estado en la oposición. Nieta de andaluces, Angelina Pérez Sánchez nació en Lloseta hace 31 años. Tiene plaza fija como profesora de inglés en el IES Inca, donde seguirá como maestra durante media jornada. Ejercerá de alcaldesa sin dedicación exclusiva. «Podré gestionarlo», asegura.
¿Ya ha asimilado el hecho de ser alcaldesa de Lloseta?
No. El haber llegado a ser alcaldesa ha sido un cúmulo de muchas cosas. Nos imaginábamos que entraríamos a gobernar porque hemos hecho un buen trabajo esta pasada legislatura y durante la campaña. La gente nos lo decía. Pero no pensábamos que seríamos tan claves para gobernar. El hecho de que el PSOE haya perdido tantos votos nos ha igualado mucho a ellos y ha sido lo que ha hecho que nosotros podamos acceder a estos dos años de alcaldía. En 2019 obtuvimos dos regidores de forma muy ajustada y ahora hemos conseguido el tercero. Me está costando asimilarlo, soy una persona normal, de la calle, y ahora sé toda la responsabilidad que tengo encima.
Su nombre ya forma parte de la historia local como primera mujer que ocupa el cargo.
Sí, ayer un historiador que tenemos en la agrupación me lo decía: ‘han pasado 40 alcaldes y tú eres la primera alcaldesa de Lloseta’. Me hacía ilusión ser alcaldesa por el proyecto que tenemos, pero también por este hecho histórico. Era un punto extra que nos hacía especial ilusión.
¿Cómo han sido los primeros días como alcaldesa?
Muy intensos. Me recordó mucho cuando era interina y llegaba a un instituto nuevo. He tenido que ponerme al día. He firmado decretos, expedientes...Es curioso. Es mucho trabajo pero estoy aprendiendo mucho.
¿Qué le dicen por la calle?
Hay de todo. Al día siguiente de la investidura ya me decían que las calles están muy sucias y yo respondía que ‘mañana cogeré la escoba, hoy no tengo tiempo’. Enhorabuenas todo el tiempo...Vivo a cinco minutos a pie del Ayuntamiento y el primer día quise llegar a las 11 pero eran las 11,30 porque me habían parado 50.000 personas para felicitarme y opinar de cosas buenas y también malas. Ya me he comprado un cuaderno para tomar nota de todas las demandas. La gente es exigente y lo entiendo. Incluso mi madre me dice que tarda mucho en ir a comprar el pan porque la gente la para por la calle.
El pacto se hizo esperar tanto que parecía que la alcaldesa sería Francisca Ramis del PP. ¿Por qué costó tanto llegar a un acuerdo de gobernabilidad?
Nosotros hemos tenido más afinidad con Ara Sí, con un concejal, porque compartimos muchas ideas de izquierdas que no compartimos tanto con el PSOE. Después de las elecciones, el PSOE, que gobernaba, había perdido la mitad de sus votos y era algo muy representativo. A la hora de negociar, Més reclamó los cuatro años de alcaldía con el apoyo de Ara Sí. Entre los dos teníamos cuatro regidores y teníamos más fuerza en el pacto. Fue un punto muy delicado el de la alcaldía y ha sido difícil llegar a un punto intermedio. Pensamos que el pueblo ha pedido un cambio.
Al final tuvieron que ceder...
Sí, tres días antes de la investidura nos reunimos de nuevo con el PSOE después de una llamada suya. Para nosotros la alcaldía era innegociable y quedamos algo atascados. Después de reflexionar y ver que la izquierda tenía mayoría de votos, teníamos que luchar para conseguirlo. Cedimos en la alcaldía y propusimos tener los dos primeros años para que la gente notase un cambio liderado por nosotros.
¿Cuáles son los proyectos principales del pacto?
En los últimos años, el pueblo de Lloseta no ha sido escuchado, no ha habido un proyecto de futuro hacia el pueblo. Uno de nuestros objetivos es que haya un proyecto común desde todas las áreas, saber hacia dónde queremos ir. Tenemos claro el aumento de la participación ciudadana. El último alcalde no estaba en el Ayuntamiento, la gente no se sentía atendida y las decisiones eran unilaterales. Queremos abrir el Ayuntamiento a los ciudadanos. Y después, el cuidado de todo: las calles están muy sucias, y por desgracia es una característica de Lloseta. Hay que cuidar a las personas, tener en cuenta a la juventud y cuidar a las asociaciones.
¿Qué proyecto le gustaría realizar o iniciar antes de dejar el cargo dentro de dos años?
En Lloseta hay un proyecto estrictamente necesario que es la escoleta de 0 a 3. El Ayuntamiento no puede asumir el coste total y queremos conseguir de nuevo una subvención. Sería un hecho muy importante. También me gustaría mucho que el comentario general de la gente sea positivo gracias a nuestro trabajo.
¿Qué pasará con las retribuciones, van a subirlas?
Es un tema que está pendiente de un estudio económico. Hoy (ayer para el lector) tenemos un pleno para presentar a los componentes de las comisiones y la junta de gobierno y fijar la periodicidad de los plenos, que pasarán a ser mensuales y no bimensuales como hasta la fecha. Creemos que es una herramienta de transparencia. Además, se celebrarán a las 19 horas y no a las 16 horas porque así puede venir más gente.
¿Pero van a subirse los sueldos como hacen la mayoría de nuevos gobiernos municipales?
Creo que no será el caso. Tenemos tres dedicaciones, una para cada partido. Yo no tendré dedicación. Sí que haremos modificaciones en cuanto a las dietas de los plenos, que será lo único que yo cobraré. Hay un pleno más pero hemos bajado las dietas. Al final, creo que esto no debe ser un negocio para nosotros. Yo me he presentado para alcaldesa voluntariamente y tengo una motivación que no es económica. Lo único que hemos mirado es que la gente no pierda dinero ni lo gane de forma desmesurada.
Uno de los grandes proyectos locales es la planta de hidrógeno que se inauguró en la pasada legislatura. ¿Comparte la implantación de esta industria en el municipio?
Todavía no me he puesto muy al día con este tema. Es verdad que como oposición fuimos informados sobre las partes positivas y negativas del proyecto. Es un tema un poco peliagudo. Es una infraestructura muy grande, desconocemos el futuro que tendrá el hidrógeno. El pasado regidor de Industria estaba muy a favor, nosotros hemos sido un poco más reticentes. Quiero ponerme al día antes de valorar la repercusión de la planta y qué supondrá para el municipio.
La fábrica de cemento tenía que cerrar pero sigue activa. ¿Comparte el plan de reindustrialización del municipio que defendía el anterior equipo de gobierno?
Lo que sí tenemos claro sobre la industria es que esta tiene que ser más ecológica y sostenible. Todo esto requiere un estudio bastante profundo.
Nieta de andaluces y alcaldesa por un partido ecosoberanista. Es usted un buen ejemplo de integración.
Totalmente. Yo fundé la delegación de la OCB de Lloseta y había gente que me decía por qué, si soy forastera. Yo les respondía que no soy forastera. Me importa la lengua y la cultura de Mallorca. Es la manera de integrarnos y deberíamos hacerlo con todas las diversidades.
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