La iglesia de Ferragut en Alcanada, símbolo del deterioro del poblado

Los espacios sagrados se conciben como símbolo de permanencia, pero eso no significa que, como bien terrenal, queden exentos de ser víctimas del paso del tiempo, del deterioro y de los efectos del abandono.

Una iglesia singular de Mallorca, aunque ya desacralizada, así lo atestigua. Se ubica en el antiguo poblado que se construyó para los trabajadores de la compañía eléctrica Gesa en Alcúdia, cuyos orígenes datan de la década de los cincuenta del siglo pasado.

El templo fue obra del arquitecto de referencia en Mallorca de aquella época, José Ferragut, conocido también por proyectos como el edificio de Gesa en Palma o la iglesia de la Porciúncula.

Especialistas en patrimonio advierten de que no puede dilatarse más una respuesta decidida para evitar el deterioro final de esta iglesia que se erige como testimonio de una época en que este lugar funcionaba como un poblado autosuficiente sobre una parcela de casi 30.000 metros cuadrados junto a la carretera de Alcanada.

Además de la iglesia, contaba con viviendas unifamiliares aisladas y adosadas (en total, una treintena, aproximadamente), un colegio, un economato, un parque infantil, un local destinado al ocio (un casino), una zona deportiva y una piscina.

Especialistas en patrimonio señalan que la importancia del templo religioso viene determinada por varios elementos, entre los que figura, por ejemplo, la presencia de pinturas de Albert García.

Su singular relación con la luz natural gracias a las vidrieras constituye otro de los rasgos distintivos del templo, que carece ya del campanario del que se conserva únicamente la cruz que está en la cubierta de la iglesia.

«Inundado de luz»

Como se explica en la obra El arquitecto José Ferragut Pou, del también arquitecto José Ferragut Canals, la disposición arquitectónica de esta construcción religiosa se distingue por «la oblicuidad y la convergencia espacial hacia el presbiterio».

Otro rasgo distintivo, se apunta en esta obra de referencia, consiste en el presbiterio «inundado de luz» a través de las vidrieras laterales del ábside.

La iglesia va unida a la casa del párroco a la que se accede por la sacristía y por una escalera exterior. La construcción religiosa deja entrever los efectos del paso del tiempo en el techo y las paredes, donde la humedad ha hecho mella, haciendo peligrar la estructura original.

Complejo residencial

La promotora Residencial Alcudialuz adquirió todo el complejo residencial en 2017, dos años después de que Endesa lo pusiera a la venta el poblado que se construyó en 1957 para los empleados de la antigua central térmica del Port d’Alcúdia.

En mayo de 2021, el pleno del ayuntamiento de Alcúdia aprobó la propuesta definitiva del estudio de detalle que tramita la empresa promotora, un paso necesario para poder continuar con este proyecto que rehabilitará el poblado de Gesa y «preservará su protección y conseguirá que la zona residencial se pueda reactivar de nuevo», según informó el Consistorio en su momento.

El Ayuntamiento alcudienc señaló entonces que era un proyecto que contaba con todos los informes favorables de los técnicos municipales, al tiempo que destacaba el trabajo conjunto que habían ejecutado la administración municipal y la promotora para garantizar que se respetaría «escrupulosamente» el proyecto de Josep Ferragut.

A la espera de que se materialicen esos proyectos de rehabilitación, especialistas en patrimonio histórico reclaman que es urgente una actuación decidida para poner freno al deterioro del templo.

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