Lletra menuda

Aguas revueltas para la profesionalidad laboral en la reserva marítima de Llevant

Llorenç Riera

Llorenç Riera

Lo alcanzado con esfuerzo, rigor profesional y técnica adecuada puede desbaratarse en un pis pas y por causas que se vuelven incomprensibles por evitables. Algo de eso puede ocurrirle a la reserva marina del Llevant si no amaina el temporal de competencias laborales que mantiene revueltas las aguas de control del tipo de pesca, furtivo y autorizado, que se practica en ellas.

Sabíamos que en el mar es fácil pasar de la bonanza a la tempestad. Ya resulta más incomprensible que, en términos de vigilancia, el oleaje aumente por presunto intrusismo en el trabajo y mala praxis ministerial.

Siempre según los perjudicados, la Secretaria General de Pesca ha rescindido el contrato prorrogable a la empresa de observación medioambiental que controlaba la pesca en el lugar y se vuelve al principio, mientras se espera una nueva concesión, cuando la vigilancia era ejercida por los trabajadores de la patrullera que transportaba a los responsables del control. Es una situación, una anomalía, que se repite en otras reservas marinas de la península.

Aparte del conflicto laboral y empresarial que se plantea, aquí surge inmediatamente el problema de la pesca furtiva, siempre predispuesta a aprovechar la oportunidad. La cuestión está en manos del juzgado con petición de medidas cautelares inmediatas para no desbaratar lo alcanzado hasta ahora.

Sería una verdadera lástima, algo fuera de lugar, que la situación anómala que ahora se está viviendo acabara entorpeciendo, retrocediendo más bien, lo avanzado hasta ahora en cuanto a la protección del medio marino en el Llevant. Más incomprensible todavía si se hace con mala práctica de la Administración.

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