Lletra menuda: La autosuficiencia administrativa

Llorenç Riera

Llorenç Riera

Durante años, la mayoría de ayuntamientos de Mallorca se han decantado por externalizar o compartir servicios de todo tipo. Las empresas municipales, las contrataciones ajenas y los convenios públicos han sido, según el caso, el instrumento elegido para ello. Con el camino recorrido y la experiencia acumulada se va demostrando, una vez más, que no es bueno generalizar ni seguir modas en cuestiones administrativas. Lo que es conveniente para unos, no lo es tanto para otros y lo necesario hoy puede ser prescindible mañana. La Agencia Tributaria de les Illes Balears ha ido consiguiendo, de manera nada altruista, por supuesto, la gestión de tributos, tasas y sanciones de la práctica totalidad de corporaciones locales. Un alivio para los ayuntamientos, la mayoría, de dimensión reducida que se las ven y desean para afrontar la recaudación ordinaria y no digamos apretar las tuercas al vecino incumplidor o insolvente. El tiempo parece sin embargo demostrar que la solución no es tan buena para las corporaciones de mayor dimensión dado que están dando marcha atrás en sus alianzas con la ATIB. Calvià decidió recuperar su fiscalidad y ahora Inca tiene intención de decidirlo el jueves en lo que también puede ser un golpe de efecto electoral de último minuto. Un remanente de 12 millones en caja y una actualización informática en trámite permiten tomar esta decisión que implicará la contratación de un administrativo y dos técnicos. El mensaje que se transmite a la ciudadanía es que todo será más inmediato y próximo con un ahorro anual de 850.000 euros. Siempre se ha sabido que, cuando es posible, resulta mejor gestionar las cosas de modo directo.

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