Sóller

Explosión de fiesta en el Firó de Sóller: pólvora, 'batallas' y victoria final de los payeses

La celebración rememora la incursión sarracena de 1561, en la que tropas piratas saquearon el municipio hasta que los payeses lograron repeler el ataque

Joan Mora

Miles de personas participaron ayer en una nueva edición de los simulacros de batallas entre moros y cristianos del día del Firó de Sóller. Pese a la polémica suscitada en la última semana con el uso de las armas históricas, la fiesta por excelencia de Sóller se llevó a cabo con toda normalidad y con una masiva participación de payeses, moros, payesas y público.

La fiesta que ayer movió a los participantes en diferentes escenarios del Port y Sóller rememora la incursión sarracena que se produjo el 11 de mayo de 1561 en la que tropas piratas dirigidas por el turco Otxi Alí saquearon el municipio hasta que los payeses, al frente de los cuales se situó el capità Angelats, consiguieron repeler el ataque.

Con esa reminiscencia histórica como base, se llevaron a cabo el desembarco y distintas batallas por Sóller hasta que el capità Angelats se alzó con la victoria final en la cruenta batalla que se llevó a cabo en la plaza de la Constitución. A la cita se dieron cita miles de personas, sólo 8.000 en la batalla final de la plaza, que revivieron un año más un Firó que se alza como la fiesta más esperada del año de los sollerics.

El Firó de este año vino marcado también por la controversia que se dio la semana pasada, cuando los colectivos que organizan las batallas comunicaron al ayuntamiento su renuncia a organizar la fiesta de este año, como represalia a las restricciones que este año ha establecido la Delegación del Gobierno en las islas en el uso de las armas de avancarga. A diferencia de ediciones anteriores del Firó, este año el disparo de trabucos y espingardas estuvo limitado y el cañón de los moros fue prohibido.

Las armas no se pudieron disparar en la vía pública y solo pudieron hacerlo en las zonas perimetradas que se habilitaron en cada uno de los espacios de las batallas. También se limitó el número de tiradores que podían hacer uso de sus armas en cada batalla. En la edición de ayer participaron 28 armas de fuego de avancarga, la mitad de ellas alquiladas por el Ayuntamiento.

Ofrenda, misa y batallas

El pistoletazo de salida del Firó comenzó a media mañana frente al monumento al Once de Mayo, donde las autoridades, Valentes Dones y personajes históricos realizaron la tradicional ofrenda floral a los héroes de ese día.

Tras la solemnidad del acto en recuerdo a los hechos históricos, le siguió la misa de campaña celebrada en la explanada de Can Tamany que ofició el párroco Eugeni Rodríguez. La misa se llevó a cabo frente a una casa con mucho simbolismo en la fiesta que se celebró ayer. En este inmueble residían en 1561 las hermanas Catalina y Francisca Casasnovas, dos mujeres que según la leyenda repelieron el ataque sarraceno con la tranca de la puerta (la barra de Can Tamany) después de que varios piratas intentaran acceder a su casa. Tras la misa, todo estaba ya a punto para que Sóller celebrara su fiesta más icónica.

Si bien la historia dice que el desembarco se realizó en Ses Puntes, una zona escarpada y de difícil acceso situado en las inmediaciones del Port, las batallas entre moros y cristianos se celebran en distintos escenarios del Port para, después, trasladarse a Sóller donde se recrea la invasión y el saqueo de la plaza y la parroquia.

Así, el desembarco se llevó a cabo en la playa de Can Generós donde se produjo la primera de las batallas. Le siguió la de la playa de Can Repic y, ya después en Sóller, la que enfrentó a moros y cristianos en el Pont den Barona.

Finalmente, y tras una cruenta batalla con una espectacular teatralización, se impusieron las tropas locales en la última de las contiendas que se llevó a cabo en la plaza de la Constitución. Al frente de las tropas locales estaba el Capità Angelats junto a los responsables de las tropas desplazadas desde Alaró y Santa Maria, entre otros. De hecho, el Capità Angelats y el denominado rey moro protagonizaron la última escena de la batalla antes de que el Firó se diera por concluido y se proclamara la victoria de las tropas solleriques. Tras la victoria local se escuchó el himno de Mallorca y después se realizó la procesión con la Mare de Déu de la Victòria con su traslado a la iglesia del Hospital.

El Firó de Sóller mueve cada año a miles de personas, lo que requiere un importante despliegue de efectivos de seguridad.

En el de ayer se desplegaron 83 efectivos de Guardia Civil y Policía Local, con apoyo de 36 agentes de seguridad privada, unos 30 voluntarios de diferentes agrupaciones de Protección Civil, así como personal de Cruz Roja, 061, personal sanitario del IB-Salut y una dotación de los Bombers de Mallorca.

A lo largo de la jornada se produjeron algunos incidentes y lo que ya se ha convertido en habitual, el botellón en las carreteras de acceso al municipio. Sóller quedó ayer colapsado de visitantes.