Catástrofes naturales

«Las olas de calor serán cada vez más intensas»

El meteorólogo Miquel Salamanca asegura que el municipio de Alaró es la zona inundable "más olvidada" de Mallorca

Miquel Salamanca, en el momento de pronunciar su conferencia, este jueves en el Centre Bit de Inca

Miquel Salamanca, en el momento de pronunciar su conferencia, este jueves en el Centre Bit de Inca / DM

Redacción

«Las olas de calor serán cada vez más intensas en Balears», aseguró ayer el geógrafo y meteorólogo de IB3TV, Miquel Salamanca, durante la conferencia que impartió en el Centre Bit de Inca con motivo de la inauguración del observatorio RiscBal y en la que ofreció otro dato que no invita al optimismo: «En 2020, el calor provocó la muerte de 20 personas, en 2021 murieron 30 y en 2022, 40».

En su conferencia titulada 'Les Illes Balears i els riscos naturals en contextos de canvis socioambientals', Salamanca hizo un repaso histórico de las catástrofes naturales registradas en las islas en los últimos años, desde la gran torrentada del Llevant de 1989 a la borrasca ‘Juliette’ de hace tres semanas, y señaló que en estos fenómenos «no solo influye el factor natural, sin también el social», ya que «el riesgo depende de nuestro grado de exposición». A su entender, «antes, la percepción de riesgo era muy diferente a la actual». Salamanca citó como ejemplo el caso de s'Illot (Manacor), donde la desembocadura del torrente se tapó con escombros que volvieron a aflorar tras la torrentada de 1989 y desde entonces ya no se ha vuelto a tapar. "Los torrentes a veces no se ven, pero están, y en ocasiones las soluciones técnicas que consisten en entubarlos no son adecuadas", apuntó.

El geógrafo explicó que las infraestructuras no están adaptadas a estos fenómenos y que en algunos sitios no existe conciencia del peligro existente. Salamanca citó el caso de Alaró, que «es el área de inundación más olvidada de Mallorca» donde, incluso, se ha construido una escuela pública en una zona inundable. En este municipio murió una persona en 2006 como consecuencia de una inundación "muy urbana" que se produjo después de llover hasta 112 litros por metro cuadrado en una hora. Y es que «las áreas inundables se inundan: no se puede prever a corto plazo pero es inevitable a largo plazo».

Salamanca se preguntó el motivo por el cual no puedo anunciarse la torrentada de Sant Llorenç de 2018, en la que murieron 13 personas después de haber llovido 217 litros por metro cuadrado en apenas dos horas. Y es que "no basta solo anunciar con éxito un temporal de lluvia, también habría que prever una torrentada, pero es muy difícil".

También se refirió a los ‘esclafits’ y ‘caps de fibló’, muy peligrosos cuando tocan tierra y un riesgo que "debemos padecer cada año a finales de verano", y a la sequía como desencadenante de catástrofes como los incendios forestales. Asimismo, explicó que las nevadas como las que ha dejado 'Juliette' "no son tan graciosas como pensamos" porque cuando se producen en cotas bajas provocan efectos similares a los de un tornado en la vegetación. "El cambio climático es ahora y está aquí", concluyó antes de advertir que de cada vez "se acentuarán más los extremos climáticos".

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