Comercio tradicional

Can Ramis, otro negocio emblemático de Alcúdia que baja la barrera

La carnicería, abierta en 1948, recibió la distinción del Govern por su carácter tradicional

Trabajadores y propietarios de Can Ramis, el día del cierre definitivo.

Trabajadores y propietarios de Can Ramis, el día del cierre definitivo. / Sergio Poggio

Joan Frau

Joan Frau

La localidad de Alcúdia lamenta estos días el cierre definitivo de un comercio histórico y arraigado al pueblo desde el año 1948. La carnicería de Can Ramis bajó la barrera para siempre el pasado jueves después de 75 años de actividad. Fue una jornada triste para el municipio del Nord, que asiste con cierta nostalgia al final de una era representada por sus comercios más tradicionales, que poco a poco van desapareciendo engullidos por la competencia de las franquicias o por falta de relevos.

La carnicería de Can Ramis había colgado un cartel hace días en el que informaba a los vecinos de que el jueves 23 de febrero el comercio «cerrará sus puertas para siempre», un mensaje que concluía con un «muchas gracias a todos». La noticia causó un gran impacto entre los clientes de toda la vida, muchos de los cuales se acercaron hasta la carnicería para despedirse de la familia Ramis. Hubo lágrimas, regalos y dedicatorias. 

Se da la circunstancia de que la carnicería de Can Ramis recibió el pasado año el distintivo como comercio emblemático que otorga el Instituto de Innovación Empresarial de Balears (IDI), dependiente de la conselleria de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática del Govern

La carnicería Ramis era una empresa familiar dedicada a la venta de carne y embutidos artesanos mallorquines. Antoni Gelabert estaba al frente de un negocio con una larga tradición, abierto en el año 1948 por sus abuelos maternos en la casa donde vivían para vender los embutidos que ellos mismos elaboraban. Gelabert era la tercera generación del negocio que siempre ha apostado por la tradición y la excelencia. Hace poco tiempo, según destaca el IDI, el negocio ubicado en el Passeig de la Mare de Déu de la Victòria fue objeto de reforma tanto interior como exterior.

Hoy, Can Ramis ya no existe y la localidad llora su desaparición. Estos días, las redes sociales van llenas de agradecimientos hacia la familia propietaria, aunque también de lamentaciones por la pérdida de «un trozo más de lo que nos quedaba de esencia» a cambio de convertirse en otro «bulevar comercial y turístico».