Son Carrió

Cierre de sucursales: Los mayores de Son Carrió claman por tener atención bancaria presencial

A finales de 2019, cerró la última entidad bancaria en el núcleo, que siempre había contado con dos sucursales

Una persona mayor saca dinero de un cajero, en una imagen de archivo.

Una persona mayor saca dinero de un cajero, en una imagen de archivo. / EP

Biel Capó

Desde la década de los años 80 en que abrieron la primeras entidades bancarias, Son Carrió contaba siempre con dos sucursales de diferentes bancos, hasta que a finales de 2019 cerró la ultima entidad, Banca March, dejando a la población sin oficinas ni cajeros automáticos. Esto deja desamparados a las personas mayores que dependen de sus descendientes para ir a disponer de su dinero, ya que el servicio de transporte publico de Son Carrió es un taxi que funciona bajo demanda del día anterior.

Hace unos días en declaraciones a RNE, la presidenta de la tercera edad, Damiana Sampol, mostraba su enfado, porque las personas antes no dependían de sus hijos para realizar trámites bancarios o disponer de dinero en metálico.

Agregó que tampoco precisaban esta ayuda para justificar que no han fallecido, para poder seguir cobrando la pensión y ahora son dependientes, y ¿qué pasa si sus hijos por cuestiones de trabajo no pueden acompañarlos o no tienen descendencia? 

Sin internet

Esgrime Sampol que las personas con más de setenta años no se manejan con internet e, incluso, hay quien no tiene hasta teléfono móvil.  Desde el Consistorio, el alcalde Pep Jaume asegura que se han llevado a cabo negociaciones con diferentes entidades bancarias, incluso se les han ofrecido locales para instalar cajeros automáticos, sin coste para la entidad bancaria, pero ni así éstas han mostrado su interés. 

Para algunos vecinos la rentabilidad no sería el problema para la instalación de un cajero automático, puesto que son muchos los usuarios, sobre todo en verano, remarcan, que hacían uso de él, como turistas, trabajadores de paso hacia la zona costera, ademas de los mismos vecinos. 

Tampoco entienden cómo no se cumple el acuerdo alcanzado entre el Ministerio de Economía y las entidades bancarias, para proveer de sus servicios a los núcleos rurales, la llamada España vaciada. 

Los carrioners, actualmente, se sienten abandonados, por no tener lo que consideran que es un servicio social, poder disponer de sus ahorros en sus poblaciones o barriadas. Recuerdan que en este país el dinero público ha rescatado a la banca y que, en el pasado 2022, los beneficios del sector bancario en todo el país ascendieron a 20.800 millones de euros.

Pérdida de sucursales

Como ya informó este diario, Balears ha perdido un tercio de sus sucursales bancarias desde la irrupción de la covid-19 en el país. En junio de 2022, el Banco de España contabilizaba un total de 460, mientras que en marzo de 2020, cuando se declaró el estado de alarma, había abiertas 678. 

El proceso de reestructuración bancaria, además de un mayor uso de las tarjetas en detrimento del efectivo, ha derivado en un desplome del número de cajeros automáticos disponibles que se ha acelerado con la pandemia.

Estos cierres se deben a un efecto combinado de factores coyunturales: el ajuste de los excesos de la burbuja inmobiliaria y financiera, los tipos oficiales negativos que deprimían los ingresos y un cambio estructural con la creciente digitalización de la economía y la sociedad.