Sant Antoni 2023: Muro invoca a Sant Antoni en sus ‘beneïdes’ para salvar Capellans

El desfile más famoso de la isla pone el broche de oro a la festividad de Sant Antoni exigiendo preservar espacios tan queridos en el municipio como es Capellans

Sant Antoni 2023 | Muro presume de 'beneïdes'

R. Ferriol

Rosa Ferriol

Rosa Ferriol

La jornada de Sant Antoni tiene el foco puesto en las tradicionales beneïdes de Muro, las más emblemáticas de la isla que siempre suelen tener un punto reivindicativo. Este año no ha sido menos. Así, la polémica de los chiringuitos que tantos titulares ha acaparado este verano se ha colado en las beneïdes mureres con una carroza que reclamaba un SOS Capellans. De hecho, sus integrantes, con un vigilante del departamento de Costas carpeta y metro en mano incluido, han puesto la nota reivindicativa pero también festiva en el acto más esperado del Sant Antoni murer. Su desfile delante de las autoridades ha sido de lo más aplaudido. Como si estuvieran en Capellans, equipados con la carreta llena de frutas han divertido al público repartiendo melones, plátanos y piñas. De hecho, han agasajado al alcalde Miquel Porquer con medio melón. Sus ‘gloses’ estampadas en las carrozas apelaban directamente al “verd de turno” exigiéndole que “las terrazas no se tocan” criticando que no supieran “apreciar el valor” de estos parajes.

Una docena de carrozas han participado en las beneïdes de Muro que al medio día se han visto amenazadas por la lluvia. Y es que poco antes se empezar la concentración de participantes un chubasco ha hecho que muchos murers y mureres “invocaran” al santo patrón de los animales. "Sant antoni parará la lluvia", comentaba un grupo mientras cogía puesto en las gradas instaladas para la ocasión. Así ha sido. Pasadas las tres de la tarde, llegaban los espectadores para coger un sitio privilegiado para presenciar la bendición de todo tipo de animales pero sobre todo perros, ovejas, ocas y caballos. Para combatir el frío santantonier, muchos no han dudado en ataviarse con una manta, igual han hecho con sus mascotas.

El párroco de Muro, Pere Gerard Bestard, ha dado el sus a las beneïdes cuando faltaban 20 minutos de las cuatro de la tarde. Así, las autoridades han recibido la bendición santantoniera. El alcalde Miquel Porquer ha encabezado la comitiva custodiada por la presidenta del Consell, Catalina Cladera, y la consellera de Presidencia, Mercedes Garrido.

Una estampa tradicional es la bendición al rebaño de ovejas. Así, a las nueve de la mañana Toni Rosselló y Catalina Dalmau de Can Parregó de Son Morro han salido de Santa Margalida con sus 400 ovejas para participar, y ya van más de veinte años, en las beneïdes. “Cuando hemos llegado a la altura de la Residencia de Muro nos ha caído un chubasco pero la lluvia ha calmado el tiempo. Es una alegría poder participar en este desfile, parado durante dos ediciones por la pandemia”, ha celebrado poco antes de llegar a la plaza para recibir la bendición del párroco. Pep Mesquida de Petra también ha llevado a sus 480 ovejas a Muro. Tampoco ha faltado otro habitual de esta cita murera, el felanitxer Miquel Adrover con sus ocas.

El desfile más vistoso de la isla que pone el broche de oro a la festividad de Sant Antoni ha contado con cientos de personas que junto a sus animales han sido rociadas con agua. Miquel Ramis es miembro de la agrupación de xeremiers y fabliolers Reguinyol. “Todo el mundo espera con ansias las beneïdes y este año aún teníamos más ganas”, ha confesado tras desfilar delante de las autoridades. El chubasco no le ha desanimado porque ha tenido claro desde el minuto uno que “Sant Antoni mos cura de tot”. Otro fablioler, Baltasar Cloquell ha explicado que las beneïdes de Muro “son un sentimiento que llevamos dentro desde pequeñps. Son nuestras tradiciones y es un gusto ver las calles llenas de gente”. Junto a ellos, también ha desfilado la pequeña Olivia de dos años con su fabliol en mano o Bernat de siete, que tamborino en mano, no ha dudado en resumir que lo que más le gusta de Sant Antoni es, además de los animales, cantar gloses en los fogerons. Y es que para muchos murers y murerers han sido sus primeras beneïdes. Es el caso de Laia que con solo un mes ha desfilado con la pequeña Nina de dos años y Maria y Alba Font, que no han dudado en confesar que era un honor participar en el desfile con sus hijas, igual que lo hacían ellas cuando eran pequeñas. Joana Maria Serra y Maria Cobo han llevado a bendecir a sus mascotas Kina, Llum y Poison porque es un “honor” desfilar en el acto más especial del Sant Antoni de Muro. Es lo que más nos identifican”, han coincidido en destacar.

Y tras la bendición de los animales, ha llegado el turno de las carrozas donde la cultura popular ha copado algunas comparsas aunque no han faltado las temática libre que han recreado un mundo de golosinas o un jardín encantado con sus vistosos trajes de mariposa, erizos o mariquitas. En el apartado tradicional, ha desfilado una carroza que reproducía a la perfección el concurso de pesar calabazas, un mercado antiguo, el oficio de cordar cadires, un huerto de tomates de ramallet o S’Oliverar de Son Parera. No ha faltado la construcción en pequeña miniatura de la possessió de Son Ramon.