Pollença valora en 20 millones de euros la inversión para la recuperación de la bahía

Recuperar la bahía de Pollença requiere una inversión de 20 millones de euros. Así lo apunta el anteproyecto redactado por la consultora Azierta que aporta el diagnóstico y las posibles soluciones para revertir la situación de deterioro medioambiental. El documento ha sido elaborado a instancias de la Asociación Hotelera de Pollença, la Asociación de Vecinos del Port de Pollença, la Asociación para la Defensa del Port de Pollença (ASDEPP) y el Reial Club Nàutic Port de Pollença con la financiación de Fundación Sa Nostra, Caixa de Balears con el apoyo de Caixa Bank y Fundación Guillem Cifre de Colonya de Caixa Colonya Pollença.

Este documento se entregará al Ayuntamiento para que busque financiación a través de los fondos europeos y, así, poder emprender las acciones necesarias para recuperar la calidad del agua de la bahía de Pollença, un problema que se remonta a los años 80 cuando empezaron a aparecer alteraciones medioambientales y anomalías en la calidad del agua porque «es una bahía de poca profundidad, que cuenta con una fuerte presión humana y una actividad náutica importante y que además necesita un control para evitar los vertidos de aguas fecales que enturbian el agua», detalla el presidente de ASDEPP, Miquel Mayrata.

Así, el vicepresidente de Azierta, Antonio Borregón, ha explicado que estos 20 millones son una estimación de la inversión necesaria. De momento, lo más urgente es la «monitorización y digitalización del ciclo del agua» a fin de controlar en tiempo real las agresiones que sufre la zona. Azierta propone que el Ayuntamiento solicite, en un primer momento, financiación para el desarrollo de un centro de control del ciclo del agua a través de un Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) dotado con seis millones de euros. El plazo para acceder a estas ayudas europeas termina el 13 de febrero.

Actuaciones

En la presentación, Borregón ha detallado que las actuaciones tienen que ver con la evaluación de las infraestructuras sanitarias, es decir, «todo lo relacionado con las aguas residuales y la aportación de agua dulce». Una segunda acción se centra en un diagnóstico de la ingeniería de tratamiento de las aguas residuales y pluviales. El objetivo, concreta Borregón, es gestionar que todo lo que llegue a la estación depuradora se trate en la EDAR y se devuelva al mar limpio. El tercer bloque es que hay que ver el estado de la flora y la fauna, determinar la calidad del agua y restaurarla. «La buena noticia es que hay una autoregeneración marina que se puede activar en el momento en que se corrijan el castigo al mar por las aguas residuales que es lo que sucede aquí», puntualiza. Es verdad que habrá zonas que no se autoregeneren, por ello, «hay que determinarlas y hacer un tratamiento de recuperación y eliminación de lodos que es uno de los principales problemas de la bahía». El cuarto punto se centra en la sostenibilidad.  

El objetivo general del proyecto es conseguir la restauración, mantenimiento y conservación de todo el entorno de la Bahía protegiendo sus elementos y valores bajo el concepto Economía Azul. Otra finalidad es diagnosticar los impactos sobre el ambiente y abordar una acción multidisciplinar para acometer las acciones necesarias para la recuperación de la Bahía y velar por la protección constante de estos espacios naturales. Desde Azierta se muestran convencidos de que el acceso a los fondos Next-Generation del PERTE de Gestión del Ciclo del Agua y la ejecución a lo largo de los años 2023 a 2025 derivará en la mejora definitiva de la calidad de agua de la Bahía, aportará una tecnificación de primer nivel en temas medioambientales y supondrá un avance extraordinario en la mejora de este espacio especialmente protegido con un innovador modelo sostenible de economía azul.

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