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El alcalde de Llucmajor, Éric Jareño: «La política es vocacional, uno debe saber irse. Hay que ser honrado»

«Cuando cada día estás haciendo equilibrios y buscando consensos, te llega a consumir»

El alcalde Éric Jareño, ayer en s’Arenal.

El alcalde Éric Jareño, ayer en s’Arenal. / R.F.

Rosa Ferriol

Rosa Ferriol

El alcalde de Llucmajor, Éric Jareño, es de los políticos que defiende que la política es vocacional y que si uno no tiene la misma ilusión, debe dejar el testigo a gente con ideas frescas. Es precisamente lo que ha hecho al anunciar que no se presentará a las elecciones y cederá el testigo a Xisca Lascolas como candidata popular. Así, Jareño dejará la política tras los comicios para emprender proyectos personales.

La legislatura no ha sido fácil...

Desde el primer momento decían que no gobernaríamos. Desde el primer momento hicimos equilibrios, buscamos un consenso porque teníamos claro que gobernaríamos pero cuando fue pasando el tiempo, nos dimos cuenta que el primer pacto que teníamos era muy peligroso. Decidimos romper con Llibertat Llucmajor. Antes de romperlo salvé la primera moción de censura. He salvado dos. Es como un break point. El primer pacto fue difícil. Pero cuando cada día estás haciendo equilibrios y buscando consensos, eso te llega a consumir. Además la pandemia ha sido dura pero lo que me ha llevado también a tomar esta decisión es que durante estos cuatro años habré hecho lo que tenía previsto. Estoy un poco quemado y eso me llevó a plantearme si me veía cuatro años más de alcalde. La balanza se decantó por mis proyectos personales. Estoy en un momento de madurez para emprender otras cosas. Hasta el último día seré el primero que tirará del carro pero a partir de mayo mi camino tirará por otra vía que no será la política. Aún no quiero desvelarlo pero sí tengo proyectos personales en el ámbito privado.

Desde los 18 años tenía el sueño de ser alcalde. ¿Se ha llevado una decepción?

¡No! Es verdad que puede pasar cuando cumples una meta, pero estoy haciendo lo que siempre he querido. En las elecciones de 2019, era un joven que acababa de cumplir 30 años. No me conocían. Empezamos con muchos contras, pero poco a poco hemos demostrado que nuestro proyecto era firme, que veníamos a trabajar y nos hemos ido ganando la confianza de la gente. Estoy contento, satisfecho. Es verdad que tal vez no he podido disfrutar de ser alcalde porque entre la pandemia, los pactos, siempre andando haciendo equilibrios... Creo que ha sido una experiencia muy guapa de mi vida y el reto más grande.

El alcalde de Llucmajor, Éric Jareño

El alcalde de Llucmajor, Éric Jareño / DM

Se puede decir que su apuesta ha sido la política a pie de calle...

¡Sí! Desde el primer momento creamos un grupo que escuchara. Era un grupo nuevo en política pero tenía ganas de trabajar, hacer calle y escuchar. Muchas veces solo hemos pensado en Llucmajor y no en el partido.

¿Ha sido el secreto para poder liderar el pacto más grande de España?

Nuestra primera premisa era pensar primero en Llucmajor. Es verdad que el primer pacto fue difícil pero el actual es fuerte, hemos hecho un buen equipo. El secreto es dialogar y consensuar.

¿Qué consejo le da a Xisca Lascolas?

El mismo que le pedí cuando empezamos: que siga igual, que escuche y que se deje asesorar por gente experta. Como es un proyecto continuista que siga en las líneas que hemos implantado estos cuatro años. Son los mismos pilares pero yo he decidido dar un paso al lado.

¿Necesita tomar aire para, si se da el caso, regresar con fuerza?

Sí. Cuando uno no está ilusionado, es el momento de cerrar una etapa. La política es vocacional y cuando estás cansado, lo que deberían hacer todos los políticos es dejar paso a gente con ideas más fresca. Uno debe saber irse de la política. Uno debe ser honrado. Si uno no está igual de ilusionado, debe saber dar un paso al lado.

Sobre todo en unos momentos en que la política está desprestigiada...

La gente ha dejado de creer en política. Los alcaldes y los regidores recibimos las quejas de los ciudadanos porque no saben de quien es la competencia. La política ha cambiado mucho en poco tiempo. Hay pocos políticos buenos. De cada vez menos.

El alcalde de Llucmajor, Éric Jareño, y Xisca Lascolas

El alcalde de Llucmajor, Éric Jareño, y Xisca Lascolas / PP

¿Qué espera de las elecciones de mayo?

Serán una elecciones bastante igualadas. Marga Prohens reúne todos los requisitos para ser una buena presidenta. Con el equipo que hará tiene muchas posibilidades de ser la presidenta de Balears.

¿Cuál ha sido su peor momento como alcalde?

El primer año y medio. Todo era nuevo, desconocía el funcionamiento de la casa y tuve unos socios [Llibertat Llucmajor] que me lo hicieron pasar mal, con amenazas incluidas. No me equivoqué en romper el pacto, estoy contento de haberlo hecho. Estoy muy contento con el pacto actual [PP, ASI, El PI y regidores no adscritos que antes eran de Vox y Cs].

¿De qué se siente más orgulloso?

De la gestión. También del trabajo bien hecho y de haber representado lo mejor que he sabido a Llucmajor. Hemos intentado llevar la vida a la calle. Somos un municipio más sostenible, hemos hecho mucha inversión en cambio de iluminación, eficiencia energética y en infraestructuras. De aquí a final de legislatura de los 30 millones de remanente, habremos gastado 28. Las principales inversiones son peatonalizaciones, asfalto de calles y caminos, cambios de iluminación, mejoras en polideportivos…

¿Qué espinita le queda?

La plaza Reina Maria Cristina de s’Arenal, la conocida plaza Naranja, pero el 9 de enero empiezan las obras. Los Reyes nos traerán este regalo. Si la veo medio hecha, me doy por satisfecho. La gente decía que esta plaza estaba maldita. Es una vieja reivindicación. Primero empezaron las obras, solucionamos todos los problemas, salió a concurso, quedó desierto, luego volvió a salir y en teoría en enero empiezan las obras que durarán seis meses.

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