El exjefe de recepción del hotel Formentor demanda al nuevo propietario

Acusa a la empresa de fraude y pide una indemnización por el sufrimiento laboral que padece

El hotel está sometido a un amplia reforma

El hotel está sometido a un amplia reforma

El nuevo propietario del histórico hotel Formentor, en Pollença, no deja de acumular conflictos. Además de los problemas que han surgido en las obras de la reforma del emblemático hotel, ahora se suman los conflictos que están denunciando los trabajadores. Uno de ellos es el que ha sido durante más de 20 años jefe de recepción del hotel, que ha presentado, a través del abogado Pablo Alonso de Caso, la primera demanda laboral contra la empresa que ha adquirido el hotel. Le acusa de cometer un fraude a través de las declaraciones de Erte y reclama una indemnización por el daño moral que está sufriendo de 60.000 euros.

Este empleado entró a trabajar en el hotel en el año 1991 como recepcionista. El contrato lo firmó con la empresa Inmobiliaria Formentor, que figuraba como propietaria del negocio, que en aquella época pertenecía a la familia Buadas. Desde ese momento y hasta la fecha, el empleado ha seguido perteneciendo a esta sociedad, en calidad de trabajador fijo. Al año siguiente de su incorporación se le ofreció el puesto de jefe de recepción, que aceptó. Desarrolló esta responsabilidad hasta el año 2020, cuando el hotel pasó a otros propietarios. Antes de ello, en el año 2006 la familia Buadas vendió el hotel al grupo Barceló, que respetó las condiciones de todos los empleados del establecimiento de lujo.

El hotel pertenece ahora a un fondo de capital situado en Andorra, Emin Capital, que abonó 165 millones de euros. Además está previsto una inversión de otros 75 millones de euros para la rehabilitación de todo el complejo, que en estos momentos se está realizando y que es difícil que termine antes de los próximos dos años. El fondo es el que garantiza la aportación económica, pero la gestión del hotel, una vez terminadas las obras, pasará a manos de la empresa canadiense Four Seasons Hotels. Como accionistas de esta empresa de hoteles de lujo se encuentra, entre otros muchos millonarios, Bill Gates.

A pesar de que el hotel ha pasado en los últimos años por varios propietarios, los empleados fijos siguen contratados por la empresa Inmobiliaria Formentor. Sin embargo, el jefe de recepción afirma que las órdenes que recibe las dicta un directivo del fondo andorrano, actual propietario, que es el que ha gestionado toda la tramitación laboral de los empleados que en estos momentos, lógicamente, no pueden trabajar porque el hotel está cerrado.

El jefe de recepción explica en su demanda que la relación con el fondo andorrano empezó a finales del año 2020 cuando le encomendó participar en la venta solidaria para desprenderse de los muebles antiguos del hotel.

El empleado denuncia que ha sido víctima de un fraude al incluirle en erte, primero por el covid y después por razones económicas. De esta forma, la empresa únicamente paga la cuota de la seguridad social, pero no el resto de los emolumentos que deben percibir los empleados. Al tener el jefe de recepción otros ingresos por el alquiler de dos viviendas, la Administración no le abona el sueldo, pero denuncia que la empresa se comprometió a pagarle parte de la nómina que le correspondía y hasta ahora no lo ha hecho.

En la demanda se detalla el mal momento económico que está sufriendo en estos momentos el histórico empleado del hotel, que ha visto como su sueldo se ha reducido de una forma drástica. Así, el abogado detalla que la empresa ofreció a los trabajadores fijos cobrar 1.050 euros brutos durante siete meses durante esta temporada. Sin embargo, aclara que no ha cobrado este dinero acordado, ya que la empresa le señaló que antes debía demostrar que no tenía derecho a recibir ninguna ayuda pública más. Considera el empleado que ha sido víctima de un fraude, con consecuencias económicas graves, que le han obligado a tener que vender parte de un patrimonio que adquirió en herencia, y que pretendía dejar a sus hijos.

El jefe de recepción describe un futuro laboral muy negro, porque teme que no va a ser llamado a trabajar de nuevo por la nueva propietaria. Además de sentirse engañado por la empresa afirma que la situación que sufre le ocasiona una grave crisis emocional. Por ello reclama una indemnización de 60.000 euros por los daños morales que ha sufrido. 

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