Centenares de jóvenes de Binissalem han vuelto a disfrutar este sábado a mediodía con la popular guerra de uvas, después de que la pandemia impidiera durante dos años la celebración de uno de los actos más esperados de las Festes des Vermar. A pesar del día nublado, que no ha llegado a descargar, una multitud se ha concentrado en el Ayuntamiento para asistir al pregón de fiestas y después se ha desplazado hasta el polideportivo para iniciar la batalla. En total, se han usado como munición 22.500 kilos de racimos descartados de la vendimia, que como es habitual han quedado reducidos a mosto pegado en los cuerpos de los participantes.

Desde las 14 horas se lleva a cabo en la Plaça de l'Esglèsia el tradicional Dinar i Festa dels Trepitjadors a base de ‘fideus de vermar’, en el que participan unas 1.700 personas. Todos los tickets puestos a la venta se despacharon en un día y medio y mucha gente se ha quedado sin poder participar, un problema que desde la organización aseguran que corregirán el próximo año.