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Las terrazas de la primera línea de s’Illot y Porto Cristo están en peligro para 2023

Demarcación de Costas ya ha denegado este verano varios permisos por no adaptarse a la servidumbre de tránsito

Establecimientos turísticos en primera línea de s’Illot. Sebastià Sansó

Las terrazas de las zonas de costa de determinados municipios podrían estar en serio peligro de cara al próximo verano. Y es que Demarcación de Costas ya ha empezado a denegar determinadas solicitudes que afectan a establecimientos concretos del municipio de Manacor por su proximidad a la línea de costa, condición que podría ampliarse a una serie de bares y restaurantes de s’Illot o Porto Cristo, con los consiguientes perjuicios económicos que ello podría suponer en temporada alta.

Si atendemos al Plan General manacorí aprobado a finales del pasado 2021, podemos observar las dos zonas de restricciones marcadas. Una es la servidumbre de tránsito, que va de los cero a los seis metros a partir de la línea límite marítimo-terrestre, y la otra es la servidumbre de protección, entre los seis y los veinte metros hacia el interior. Las dos con distintos grados de protección.

En la zona denominada como servidumbre de tránsito, es Demarcación de Costas quien tiene el derecho exclusivo para poder autorizar o no la ocupación del espacio por mesas, sillas o cualquier estructura de un local comercial, como por ejemplo un quiosco o una tienda de souvenirs. Mientras que para la zona de servidumbre de protección la última palabra la tiene el propio Consell.

Aunque ambas solicitudes se tramitan a través de la delegación de Actividades de los respectivos ayuntamientos. Unos condicionantes que ya han afectado a negocios de la zona del Llevant. El de Manacor, por ejemplo, ha recibido este verano la denegación de dos licencias presentadas conjuntamente con otras de los distintos núcleos costeros. Por ello el consistorio teme ahora que de cara al año que viene el problema pueda incrementarse, con el daño comercial consiguiente.

El principal escollo está en que muy pocos negocios de esta primera línea que están dentro de los primeros seis metros pueden dejar el paso obligatorio de tres metros antes de llegar a la terraza o zona ocupada, debido a las edificaciones o a las calles que hay justo detrás.

La adecuación a la norma supondría, por ejemplo, la reducción al mínimo o la eliminación directa de buena parte de las terrazas del paseo marítimo de la playa de Porto Cristo, así como muchas de las situadas en el paseo que bordea la playa de Cala Moreia, en el núcleo de s’Illot o en determinados casos de s’Estany den Mas, por ejemplo. Aunque también es cierto que Costas prevé una serie de excepciones al reglamento dependiendo de los casos.

Consultado por este periódico, el ayuntamiento de Manacor explica que, llegado el caso de una denegación masiva de Costas, se buscaría un plan alternativo que pasaría, en el caso de Porto Cristo, por la peatonalización de la calle Bordils (donde están las terrazas afectadas) y el retranqueo de estos espacios hasta las fachadas de los bares, hoteles o restaurantes en cuestión.

El ayuntamiento reconoce que se verían obligados a «hacer un replanteamiento de las cosas, porque una denegación masiva de los permisos supondría hipotecar una parte de la economía de s’Illot o Porto Cristo y una redistribución obligada». Cabe recordar también que el próximo 1 de enero está previsto que las competencias de Costas pasen a ser del Govern de les Illes Balears, pese a que ello no significará un cambio de criterio o de su aplicación.

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