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Lletra menuda | Identidad y esencia del urbanismo marinero

Los celadores de obra más eficaces se están desvelando fuera de la órbita de la burocracia municipal, dado que los empleados públicos proponen expedientes y sanciones y los altruistas de la legalidad y la protección presionan y denuncian logrando algunas veces, solo algunas, resultados positivos.

Pese a su condición insular, Mallorca no anda sobrada de poblaciones marineras con carácter y personalidad suficiente.

La uniformidad de infraestructuras turísticas ha banalizado en exceso las construcciones del litoral.

Portocolom es una de las excepciones en la que arquitectura identitaria y personalidad humana colectiva han logrado sobrevivir bajo la advocación de épocas comerciales gloriosas. Pero, dado que la especulación no admite santuarios, en los últimos tiempos no se ha librado de presiones y cantos de sirena distorsionadores.

Coleaba en el ambiente un proyecto urbanizador en las proximidades de Sa Capella, el núcleo con más carácter, que el nuevo Plan General de Felanitx estaba dispuesto a admitir en perjuicio del equilibrio rural y marinero de s’Algar y es Riuetó, aparte del patrimonio subterráneo que no se ve pero está.

La movilización de las organizaciones cívicas y proteccionistas, junto a la capacidad negociadora del Ayuntamiento, todo hay que decirlo, han logrado aparcar un proyecto constructor expansivo de cuatro mil metros cuadrados, vía alegaciones vecinales canalizadas por Salvem Portocolom y Terraferida.

Los impugnantes se felicitan del logro lo cual, sin embargo, no agota la necesidad de estar atentos frente a otras amenazas potenciales para el urbanismo marinero.

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