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El alcalde de Lloseta ordena investigar «irregularidades» de su concejal de Comercio

El socialista Xema Muñoz abre un expediente a su compañero del PSOE Francesc Abolafio por descuadres en ingresos de varios eventos

El concejal de Comercio de Lloseta, Francesc Abolafio. CAIB

El alcalde de Lloseta, Xema Muñoz (PSOE), ha abierto una investigación por irregularidades en la gestión de su concejal de Comercio, el también socialista Francesc Miquel Abolafio. Es una medida insólita en la política municipal mallorquina al tratarse de un superior investigando la presunta corrupción interna de un compañero de partido, si bien en este caso el alcalde tenía poco margen de maniobra.

En un contundente informe, el secretario y la interventora del Ayuntamiento llosetí denuncian un «absoluto» descontrol e «irresponsabilidad» en el manejo de los «fondos públicos» por parte del edil Abolafio en varios eventos, exigiendo «la depuración de las responsabilidades». Así las cosas, el alcalde actúa ahora «de oficio» contra su concejal, por otro lado un político ya en la picota por anteriores polémicas.

Los dos funcionarios han puesto «en conocimiento» del alcalde de Lloseta «la existencia de un conjunto de irregularidades» en la organización de varias ferias y eventos de restauración en el pueblo celebrados a finales de 2021 y principios de 2022. En resumen, el secretario y la interventora municipal constatan —por un lado— una discrepancia entre una subvención de 9.950 euros del Consell de Mallorca al Ayuntamiento de Lloseta, y su ejecución por parte de la concejalía de Abolafio en una campaña de vales para fomentar la compra en el comercio local, denominada Lloseta a prop teu.

Por el otro, denuncian un descuadre entre los ingresos y la venta de entradas en dos eventos gastronómicos llamados Tasta Lloseta —degustaciones de vinos y tapas— que costaron 11.957 y 6.347 euros respectivamente, y que han generado perjuicios a las arcas públicas.

«Desvío de entradas»

Ambos técnicos municipales denuncian «un desvío de 69 entradas» en el primer Tasta Lloseta —se vendieron 228 pero el Ayuntamiento solo ingresó 159—, que permitió a los organizadores «disponer libremente de al menos 897 y euros». Asimismo, en la segunda degustación «la concejalía de Comercio habría regalado aproximadamente treinta entradas por un importe de más de 465 euros, sin que a día de hoy se haya presentado ninguna justificación de los motivos ni de los sujetos beneficiarios» de las mismas.

Interventora y secretario censuran la «caótica gestión» por parte del regidor y su «absoluta despreocupación por controlar el número de tiques o vales emitidos, y mucho menos para controlar los que efectivamente se han vendido, o aquellos que puedan haberse regalado por parte de los organizadores, hecho que demuestra una absoluta irresponsabilidad en la gestión de los fondos públicos».

En tercer lugar, reseñan numerosas facturas por parte de un exasesor municipal de comunicación al que se ha venido contratando posteriormente de manera reiterada para la divulgación de los mencionados eventos y otras campañas, pese a que el Ayuntamiento ya dispone de un servicio para tal fin. Ello supondría «una duplicidad de gastos» para el Ayuntamiento, «además de una contravención de la normativa».

El volumen contratado a este exasesor en el último año —más de 21.000 euros— induce a la interventora y al secretario a pensar que se está ante una «fragmentación contractual con la intención de evitar la aplicación de las reglas de contratación» pública.

Los hechos reseñados por los funcionarios «atentan contra los principios básicos que deben presidir el funcionamiento de la administración pública», al tiempo que «contradicen la legislación» y la «normativa en materia de contratación del sector público».

A raíz de su informe, el alcalde de Lloseta ha ordenado la apertura de un «expediente investigador» contra su concejal de Comercio, «atendiendo a la gravedad que podrían revestir los hechos» cometidos por Francesc Abolafio, al que se le ha dado un plazo de tiempo para defenderse.

El concejal ya estuvo muy cuestionado en 2020 por supuestamente haber cargado al Ayuntamiento una estancia en hotel (desmentida por el alcalde) durante un concierto del grupo Izal. También fue reprobado en 2017 por conflicto de intereses en la organización del evento Nits Cúbiques.

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