«¡Ojalá sea una realidad!». Este comentario, a medio camino entre la incredulidad y la esperanza, era el que más se repetía ayer en las conversaciones entre empresarios de la zona de Punta Ballena, en Magaluf, después de conocer la advertencia lanzada por el rey británico del cannabis medicinal, Maximilian White, que dijo que quería comprar todos los establecimientos para clausurarlos tras la muerte de su hermano en un incidente en una discoteca. «Compraré [los locales de] esta calle de Magaluf y los clausuraré permanentemente si tengo que hacerlo, porque es un peligro para las personas. La calle no está controlada», manifestó. 

Los empresarios consultados se lo han tomado con escepticismo, al entender que se trata de una bravuconada de White, como consecuencia del duelo profundo que sufre por la muerte de su ser querido. Aun así, puestos a conjeturar, algunos también lo miran con cierto aire de esperanza tras unos años especialmente duros para el sector del ocio nocturno de la calle que nunca duerme de Magaluf. Las restricciones que se instauraron por la pandemia dejaron sin prácticamente actividad a Punta Ballena en 2020 y 2021, y esta temporada el sector empieza a recuperarse «aunque todavía costará años recobrar el nivel de antes», apunta una fuente consultada. 

Decreto de excesos

El decreto de excesos, además, se ha empezado a aplicar este verano con rigor, lo que supone una nueva estocada para una zona que lleva en el punto de mira desde hace décadas de las administraciones, que suelen ver la actitud de determinados empresarios como un obstáculo para el Nuevo Magaluf. Puestos a establecer hipótesis sobre lo que costaría materializar esa ‘amenaza’ de White, habría que partir de la base de que Punta Ballena cuenta con aproximadamente medio centenar de establecimientos de diferente tipología, entre discotecas, take away, cafés-concierto, lap dance, kebabs, licorerías, supermercados y souvenirs. 

A día de hoy, en portales inmobiliarios como Idealista, hay nueve anuncios de locales en venta en Punta Ballena, que suman un total de casi tres millones de euros. Los establecimientos más caros son una tienda que se encuentra en primera línea, que se vende por 900.000 euros (3.913 euros por metro cuadrado), una cafetería-restaurante que puede servir copas hasta las tres de la mañana y que se comercializa por 449.000 euros y una discoteca por 490.000 euros. Hay también a la venta un local comercial, por 142.000 euros, y otro por 68.000 euros. La oferta de locales suele aumentar con el fin de la temporada. 

El potencial económico de White es de consideración. Como informó la revista Forbes en 2020, posee 40 hectáreas de tierra en Portugal para cultivar cannabis medicinal «con una producción estimada de 1.500 millones de euros en valor de mercado al año».

Mientras, desde el ámbito político municipal no se entró a realizar elucubraciones sobre el tema. El gobierno municipal aseguró que está centrado en «trabajar para el cambio de modelo», profundizando en la renovación de la fisonomía de la zona. 

En este sentido, el Consistorio mencionó el proyecto de reconversión del paseo marítimo de Magaluf, así como los planes de reforma comercial y hotelera, La política municipal, agregaron desde el Ayuntamiento, mantiene el foco además en aplicar con «más fuerza y efectividad que nunca» el decreto de excesos.

El otro frente que sigue abierto es el de la investigación del incidente que hubo en la discoteca de Magaluf, que acabó provocando la muerte del hermano del magnate, Tobias White-Sansom, tras cinco días en coma en el hospital Son Llàtzer. 

La familia del fallecido considera que tanto la acción de los porteros como de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado fue desproporcionada, y ha anunciado que recurrirá a todas las instancias judiciales posibles para aclarar los hechos.