El Ayuntamiento de Llucmajor y el Govern conocen desde 2017 que cualquier nueva edificación y la construcción de una red de alcantarillado sobre la Cueva del Pas de Vallgornera, una de las cavidades subterráneas más extensas del sur de Europa, podrían provocar hundimientos.

Un informe del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) encargado por el consistorio y comunicado al ejecutivo regional supuso hace cinco años la paralización del proyecto de alcantarillado en las urbanizaciones de Cala Pi, Vallgornera Nou y Es Pas de Vallgornera por el riesgo de colapso de la cueva, que contiene un relevante acuífero.

La Comisión Balear de Medio Ambiente, según adelanta este martes Diario de Mallorca, ha informado en contra de dos proyectos de construcción de viviendas en la zona argumentando que existe un riesgo de colapso de la cueva, que tiene 67 kilómetros de galerías exploradas.

El dilema es de qué forma impedir que algunas de las fosas sépticas de viviendas construidas sobre la cueva continúen contaminando el acuífero sin abordar construcciones que supongan una amenaza para la cueva kárstica, de gran valor medioambiental, patrimonial y científico.

"Una obra de alcantarillado supone un elevado riesgo de hundimiento, por lo que su ejecución es muy poco viable y, en caso de realizarse, debería contar con todas las garantías necesarias para evitar riesgos de colapso y alteración del sistema ambiental de la cavidad", reza el informe del IGME.

La entidad científica estatal recomendó abordar la sustitución de los depósitos tradicionales individuales de recogida de fecales por sistemas de oxidación total en depósitos elevados, una opción "más sostenible y que genera menos impacto sobre el medio".

Sin embargo, el Govern continúa apostando por superar la exoneración de esas urbanizaciones y ha instado al Ayuntamiento a dotarlas de una red de alcantarillado, para lo que el consistorio, según han informado fuentes municipales, licitará después del verano el estudio técnico, la redacción del proyecto y la dirección de obras para su ejecución.

La idea es construir a menor profundidad de lo habitual una red de alcantarillado por vacío con una conducción hasta una depuradora que construiría el Govern al norte del área ocupada por las urbanizaciones, un espacio que tiene consideración de Zona de Especial Conservación y está dentro de la Red Natura 2000.

En la zona hay unas 500 viviendas y otros tantos solares por urbanizar, aunque desde 2019 no se conceden nuevas licencias. Sí se dieron permisos de 2017 a octubre de 2019, a pesar de la advertencia del peligro de colapso.

El informe de 2017 analizaba la opción de un alcantarillado por vacío, como el que se proyecta ahora, y llegaba a la conclusión de que, además del peligro de colapso, el vertido de aguas depuradas a los torrentes próximos supone un "riesgo de modificar los parámetros geoquímicos del agua subterránea".

Para el caso de que el consistorio decidiera entonces continuar con su plan de "realizar una construcción invasiva de la envergadura de un alcantarillado sobre las urbanizaciones", el IGME aconsejaba hacer un estudio "muy específico" con mediciones geofísicas en 3D y sondeos en todos los viales de las urbanizaciones.

"Es preceptivo apuntar que en algunos de los viales estudiados una obra invasiva supone un alto riesgo de colapso", insistía el organismo científico.

Recomendaba también que se constituyera una comisión mixta formada por el Ayuntamiento de Llucmajor, el Govern y expertos de otras administraciones para abordar la fórmula de gestión de las aguas residuales menos peligrosa para el mantenimiento de la cueva del Pas de Vallgornera.

El Govern anunció en 2011 la declaración de la cueva como "monumento natural" para reforzar su protección, pero esa promesa no se materializó.