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Excursionista
Entrevista

Sebastià Caldentey: «Respetar el medio ambiente es una asignatura pendiente que tiene la sociedad al salir de excursión»

Desde el pasado mes de septiembre, con un grupo de amigos, da la vuelta a Mallorca por etapas, caminando y utilizando solamente transporte público

Sebastià Caldentey, en una de las rutas que forman parte de su proyecto excursionista. MANU MIELNIEZUK

¿Cómo nació el proyecto?

Durante la pandemia, mientras las restricciones no nos permitían salir a caminar, pensé que, al poder hacer excursiones, debería hacer algo original. No sabía muy bien qué hacer, pero tomé un mapa de Mallorca sin una idea concreta y fue en aquel momento cuando pensé en darle forma al proyecto. Lo comenté con unos amigos con los que solemos hacer excursiones y caminatas y les pareció muy bien. 

¿En qué consiste realmente?

Pues en dividir la costa de la isla en diferentes etapas, saliendo cada día de Palma, en transporte público, llegar al sitio en el que hemos terminado la etapa anterior, y volver desde donde terminamos, para seguir la semana siguiente. 

¿Cuál fue la primera etapa?

De Palma, en concreto del barómetro de la Plaza de España, a Son Verí nou. Allí lo dejamos, tomamos un autobús y regresamos a Palma, para la semana siguiente tomar a primera hora el TIB hasta Son Verí y seguir caminando, siempre por la costa. Y así sucesivamente.

Entiendo que siempre por la mañana.

Sí. Siempre tomamos el primer autobús que sale desde la estación intermodal al sitio donde vamos a iniciar la etapa. Algunos de estos autobuses salen a las seis o seis y media. Y aprovecho para indicar cómo ha cambiado el transporte público en pocos años, al menos desde Palma y regreso a la capital. Quizás entre pueblos no está tan bien, pero para lo que hacemos nosotros tanto horarios como número de autocares funciona bien. Curiosamente nunca nos hemos encontrado con un autobús lleno, en cambio en alguna ocasión sí lo hemos encontrado vacío, con solamente nosotros como viajeros. Lo que demuestra que los mallorquines no lo usamos como debería ser.

¿En qué punto os encontráis ahora?

Estamos en Alcúdia. Seguiremos una o dos semanas más, para retomar el proyecto en septiembre.

¿Y cuántas etapas os ha costado llegar hasta allí?

Llevamos dieciséis, una por semana, quitando algunas en las que no hemos podido salir, casi siempre por el mal tiempo. Empezamos el 8 de octubre.

Usted ha citado el tiempo atmosférico. ¿Se informan antes de cada salida sobre si hay algún riesgo de tormenta?

Sí. Y seguimos las recomendaciones del Servicio Meteorológico. No se trata de ser aventureros, sino de pasarlo bien, sin riesgos.

¿Qué elementos destacaría después de llevar tantos quilómetros?

Primero, que hemos constatado que el servicio público en Mallorca funciona. Tiene sus defectos, pero es muy recomendable y con una puntualidad exquisita. Y si tienes la tarjeta de viajero, el precio es muy asumible. Luego, que si sigues la línea de la costa, la dificultad es mínima, asequible incluso para familias o personas no acostumbradas a caminar. Con este sistema cada uno elige hasta dónde quiere llegar ese día, solamente debe mirar que haya transporte público para regresar, es el único condicionante. Piense que la etapa más larga ha sido de veinticinco quilómetros, de la Colònia de Sant Jordi a Cala Santanyí, pero otras han sido de doce, dieciocho… Otra cosa que me gustaría comentar es lo que todos intuimos: que el litoral está muy cambiado desde hace años. Yo, que soy coleccionista de postales antiguas, he comparado imágenes de los años sesenta con fotos hechas ahora y muchos rincones son irreconocibles.

¿Cuánto lleváis caminado hasta ahora?

Llevamos caminados doscientos cuarenta y cuatro quilómetros, en dieciséis etapas. 

¿Cuántos sois los componentes del grupo?

Debemos distinguir entre los habituales y los que se han añadido puntualmente para una etapa concreta. El grupo, digamos, de los asiduos está formado por Marcel·lí Parramón, Tomeu Maimó, Quimet Jiménez, Montse Flor, Toni Coll, Jordi Esteve y Pep Fiol. Pero en una ocasión llegamos a ser catorce, pues era un día festivo.

¿Qué día de la semana utilizan para hacer el trayecto?

Hemos considerado que los miércoles nos iba bien a todos, pues los jubilados no tienen problema y los demás del grupo pueden pedirse ese día libre a cuenta de vacaciones. Entiendo que si no hubiéramos tenido esa disponibilidad el proyecto hubiera sido más difícil de llevarse a cabo, pues los fines de semana hay otros factores que no lo facilitan. Ahora bien, en alguna ocasión, si alguno de los miembros fijos no ha podido venir el miércoles por algún motivo, ha realizado la etapa el sábado por su cuenta, y así no ha perdido el ritmo y ha recuperado.

¿Se trata de caminar y nada más?

No. Se trata de combinar el hecho de caminar con otros elementos muy interesantes, como el de contemplar lugares patrimoniales, como faros, fortalezas o casas de pescadores o que han servido de refugio, parajes naturales como zonas del paleolítico o encinares y pinares preciosos. Si bien soy yo mismo quien se preocupa de horarios e infraestructura, es otro componente del grupo, Marcel·lí, quien prepara la parte histórica y patrimonial de cada etapa. Como ejemplo diré que cuando pasamos por Cala Pi nos explicó la historia de unas canteras de las que se sacaban ruedas de molino enteras desde el tiempo de los romanos. Y así en cada etapa vamos combinando deporte y naturaleza con cultura. 

Otro aspecto destacable es el hecho de sociabilizar, entre nosotros, pero también con otros excursionistas que nos vamos encontrando por el camino o en el mismo autocar. Incluso alguno de ellos ha tomado nota del proyecto para realizarlo por su cuenta.

¿Cuántas horas dura cada etapa?

Claro, una cosa es el tiempo que caminas y otra el que empleas contemplando, descansando y comiendo, porque eso sí, aprovechábamos el hecho de pasar por una zona urbana para parar para comer un menú en algún bar o restaurante. Piense que estamos condicionados a los horarios de autobús. No podemos improvisar, pues las líneas son las que son y las horas de regreso están establecidas de antemano. Eso ha sido, más que un condicionante, una manera de ayudar a la organización. Hemos improvisado lo mínimo.

¿Siempre comen en bares y restaurantes?

No cada vez, pues no siempre coincide que a la hora de comer nos encontramos en una zona con servicios. Y en esas paradas para comer es donde hemos constatado la suciedad que dejan algunos en la naturaleza. Siempre llevamos una bolsa para recoger latas, plásticos, botellas y la verdad es que, al terminar la jornada, esas bolsas están casi siempre llenas de basura. Respetar el medio ambiente es una asignatura pendiente que tiene la sociedad al salir de excursión. 

¿Dificultades?

Pocas. Al ir por la costa seguimos los caminos ya establecidos. Y la verdad es que pensábamos tener algún problema de paso al cruzar propiedades privadas. Pero no, hemos cruzado lugares restringidos como S’Avall sin que nadie nos pusiera ninguna pega. 

¿Utilizan las nuevas tecnologías, como GPS o aplicaciones especializadas?

Sí. Y la verdad es que nos dan ideas y nos facilitan la preparación. Aunque no hemos encontrado ninguna indicación ni en redes ni en plataformas que hagan lo que nosotros hacemos: dar la vuelta a Mallorca combinando el caminar con el transporte público. 

Ahora les vienen tramos complicados, con La Serra de Tramuntana como elemento importante.

Cierto, deberemos considerar una cierta dificultad añadida, pero como que no hay un tiempo marcado de antemano, cruzaremos la Serra a nuestro ritmo. Hemos previsto ir de Pollença a Lluc, un día, otro de Lluc a Sóller y así. Quizás este último tramo citado se corresponda con la etapa reina.

¿Por qué empezar en la dirección contraria a las agujas del reloj y no hacia el oeste?

Por un simple motivo de donde tenemos las raíces. Yo nací en S’Arenal y por eso decidí empezar por allí. De todas maneras y como es tanto el disfrute, no descartamos que, al terminar, volvamos a hacer lo mismo, pero al revés. Quién sabe. 

¿Cuaderno de bitácora?

Escrito no, aunque sí en la memoria. Y a lo mejor al final sí que nos decidimos a escribir algo sobre esa aventura.

Y al final, al terminar ¿cuántos quilómetros habréis caminado?

Alrededor de cuatrocientos.

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