El pleno del ayuntamiento de Sóller aprobó ayer sus presupuestos para este año que ascenderán a 23 millones de euros. Las cuentas municipales prosperaron con el apoyo de los tres partidos que forman el gobierno municipal, pese a que uno de ellos, El Pi, hizo un amago el día anterior de plantarse aunque finalmente le dio su apoyo tras varias reuniones de negociación con el alcalde. Las cuentas municipales prevén una gestión de 23 millones de euros, de los 18 los moverá el ayuntamiento. El resto irán a cargo de las empresas públicas Sóller 2010 y la Funeraria Municipal Sóller. Carlos Simarro sacó sus cuentas adelante no sin un rifirrafe con los partidos de la oposición, formada por Més, PSOE y Podemos. Le reprocharon haber estado dos años sin cuentas municipales y que los presupuestos apenas dedican recursos a inversión pública.
Que quedan supeditadas al remanente del pasado ejercicio, que no fijan una hoja de ruta para el municipio o que tienen una clara visión electoralista por el incremento de partidas como las destinadas a mejora de la red viaria, limpieza, jardinería o ayudas a clubes y entidades. El debate más intenso se dio entre el intercambio de reproches entre Laura Celià (Més) y Carlos Darder (PP).
Al margen de las discrepancias políticas, prevén un incremento de la partida de gasto ordinario en dos millones hasta los 9 millones de euros. La concejal de Hacienda, Andrea Pomar, destacó que se debe al incremento de precios, al aumento del gasto energético o a la implementación de la carrera profesional entre los funcionarios. Los definió como presupuestos “ajustados” y “adaptados a la realidad”.
