La exhumación del cementerio de Selva ha permitido localizar los restos de dos víctimas mortales en la fosa común del recinto antiguo del cementerio, cuyas características y ubicación coinciden con las señaladas en el mapa de fosas de Mallorca y la documentación de la época.

Se trataría de José Luis Santo Toribio del Castillo y Pedro Morro Payeras, las dos únicas víctimas de las que se tiene constancia que fueran enterradas en dicho espacio y cuya búsqueda motivó la intervención del cementerio, han informado desde la Conselleria de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática.

Con las de hoy, son ya 220 las personas asesinadas en las islas durante la Guerra Civil y el franquismo cuyos restos han podido ser localizados.

La intervención del cementerio de Selva se enmarca en el III Plan de Fosas de la Guerra Civil y el Franquismo (2021-2022) del Govern y será la última de estas características que se realicé dentro del actual Plan de Actuaciones.

La ha llevado a cabo la Sociedad de Ciencias Aranzadi y ha tenido una duración de cuatro días, durante los cuales se han realizado dos sondeos individualizados en los sectores concretos que describen el Mapa de Fosas de Mallorca y el Registro Civil de Selva como lugar de entierro de ambas víctimas, entre el pasillo central y la sepultura de Ca s’Hereu de Caimari.

La localización de la fosa de José Luis Santo Toribio ha sido posible gracias a la información recogida en la causa judicial 342/1936, documentada por la Asociación Memoria de Mallorca y recogida por Arnau Matas para el Mapa de Fosas de Mallorca, así como en los documentos oficiales de la época y disponibles en el Archivo Municipal a los que se ha podido acceder gracias a la colaboración de Cristina Mir y Antonia Bibiloni.

Según dicha causa, el cadáver de José Luis Santo Toribio fue hallado en la finca el Olivar de Son Ripoll la noche del 26 al 27 de agosto de 1936 con una herida por arma de fuego "con orificio de entrada en el mentón y de salida en la región occipital".

Portaba camiseta blanca, pantalones negros y cinturón de piel. Su cadáver fue identificado por Pilar Martínez Carrasco, de 27 años, procedente de Cuenca, que reconoció el cuerpo de su amigo por los tatuajes de su brazo izquierdo.

Tras la autopsia, fue inhumado en la fosa común del cementerio de Inca con las ropas que vestía. También fue Pilar quien aportó la cédula personal de José Luis de 1935. En ella figuraba que era natural de Sevilla, hijo de Joaquín y Natalia, y tenía 25 años.

Asimismo, también ha sido clave la información sobre el lugar de enterramiento de Pedro Morro Payeras, recogida en la entrada correspondiente del Registro Civil de Selva.

Los técnicos de Aranzadi llevarán a cabo en los próximos días los análisis antropológicos que permitan confirmar los resultados. No obstante, y a la espera de dichos análisis, la localización exacta de los restos en el lugar señalado, así como sus características, permiten deducir que se trata, casi con total seguridad, de las víctimas buscadas.

El vicepresidente del Govern y conseller de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática, Juan Pedro Yllanes, ha asegurado este martes que "todas las evidencias indican que los restos son los de José Luis Santo Toribio y Pedro Morro".

"Así lo indican las características del hallazgo, su ubicación justo donde lo teníamos documentado, su posición y su vestimenta", ha explicado Yllanes, quien también ha recalcado la importancia de "continuar realizando estos trabajos" en las fosas.