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Lletra menuda

Lletra menuda | Espacios invadidos, perdidos y privatizados

Mallorca abandona y pierde sus plazas. Es la pobreza urbana y social que queda tras la venta del gran salón de estar colectivo al aire libre a los mercaderes de la restauración turística y del incivismo egocéntrico que no repara en la diferencia y el descanso de los demás. Los ayuntamientos callan y otorgan. Solo reaccionan cuando los vecinos, hartos, les aprietan las tuercas, como acaba de ocurrir en Selva.

Las plazas de bastantes pueblos están invadidas por las terrazas de los bares sin rincón ya para el juego infantil, el reposo del abuelo o la conversación de los transeúntes ocasionales. Son privilegio de cicloturistas venerados como consumidores de aceptable poder adquisitivo. De este modo se han privatizado demasiadas plazas de Mallorca.

Si en Selva el fenómeno es juvenil y repercute en peligrosas carreras de motos, en otros sitios, pongamos por caso Petra, desemboca en bicicletas en contra dirección y omisión de cruces peligrosos. Así, hasta que salte la desgracia. Los ayuntamientos son complacientes con quien paga y menos con quien tributa.

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